La bicicleta: reina
indiscutible.
20 de julio. Sábado
Itinerario: Copenhague-Lejr(Castillo de Leddreborg)-Roskilde-Koge-Acantilados
de Stevns
Pernocta: Aparcamiento de los acantilados de
Stevns (55º16.740 N;12º26.636E).
Coste del aparcamiento.
Km:115
La carretera termina en estos acantilados donde se abre un
aparcamiento junto a una encantadora explanada de hierba verde y fresca y un
bosquecillo de avellanos. A unos 100
m está la famosa iglesia de Hojerup cuya leyenda dice
que se desplaza tierra dentro un poco cada noche de Navidad aunque la realidad
es que cada año el mar se come 10 centímetros de
acantilado por lo que la iglesia que estaba a 50 cm del mar, hoy está al
borde y en 1928 hubo un corrimiento de tierras que hizo que el coro se precipitara
al acantilado. Donde estaba éste hay ahora un balcón que se abre al mar con
unas preciosas vistas. Por el estado de la iglesia, parece que ha sido
abandonada a su suerte.
Hay un pequeño restaurante en el que parece celebrarse una
boda donde he preguntado si hay algún
problema en pasar la noche, respondiéndonos que no. Así que casi a las 19 horas nos ha parecido un
lugar más que estupendo para descansar...que nos hace buena falta. Estoy en una
mesa de madera sobre una pequeña
explanada tapizada de verde y disfrutando
de unas patatas fritas con una horchata. El día ha sido hoy espectacular, con
un cielo azul sin una sola nube.... como hace tiempo...
Pero antes trato de explicar el título “La bicicleta: reina indiscutible”.
Los carriles están perfectamente señalizados y en los
cruces o intersecciones, las prioridades están también marcadas.
Las bicicletas no solo son las reinas de Copenhague, si no de todo el país. Por todas las carreteras existen carriles habilitados para que circulen separados de los turismos e incluso hemos llegado a ver auténticas rotondas para salvar cruces, y que a través de pequeños túneles evitan las carreteras. Nos ha parecido sorprendente y admirable la organización y la inversión económica para dotar al país de esta impresionante red.. Estamos muy lejos de acercarnos a ellos en ésto.
Y después de
esta descripción y reflexión, continuo.
Nos hemos
levantado con mucha tranquilidad. A Angel las 9,00h le han sorprendido
remoloneando en la cama. Hemos realizado labores de intendencia para la
autocaravana ya que a partir de ahora no sabemos donde podremos abastecernos y
a las 10 hemos dejado el City Camp en dirección a Roskilde, su catedral y su
puerto, pasando antes de Lejre donde
tenía anotado el castillo de Ledreborg (55º36’23.75”N;11º56’55.42”E) uno de los mejores ejemplos de arquitectura barroca danesa. Pero cuando llegamos nos dicen que sólo se abre para visitas concertadas y que tenían una a las 12,00h en danés, pero cuando he preguntado si había algún problema en sumarnos a ella, nos han respondido con una negativa, pero que podíamos disfrutar de los hermosos jardines. Decepcionada, hemos dado un breve paseo entre inmensos árboles y cuidadas praderas en absoluta soledad.
tenía anotado el castillo de Ledreborg (55º36’23.75”N;11º56’55.42”E) uno de los mejores ejemplos de arquitectura barroca danesa. Pero cuando llegamos nos dicen que sólo se abre para visitas concertadas y que tenían una a las 12,00h en danés, pero cuando he preguntado si había algún problema en sumarnos a ella, nos han respondido con una negativa, pero que podíamos disfrutar de los hermosos jardines. Decepcionada, hemos dado un breve paseo entre inmensos árboles y cuidadas praderas en absoluta soledad.
Hemos puesto
rumbo a Roskilde, antigua capital de Dinamarca
antes de serlo Copenhague, donde hemos aparcado con facilidad (55º38’29.24”N;12º04’51.96”E) casi en el
centro donde había un mercadillo que vendía de todo, desde flores, frutas y verduras,
pasando por artesanía y un puesto donde anunciaban la venta de “churros”. Pequeño
pero variado. Nos hemos dirigido a su catedral, Patrimonio de la Humanidad desde 1995.
Esta curiosa catedral ha conseguido elevar la muerte a categoría de arte pero multiplicada por cada uno de los reyes que aquí están enterrados, porque cada monumento funerario, es eso, un monumento, es arte, al margen de otras consideraciones particulares que nos podamos hacer cada uno.
En el propio
muelle encontramos diversos talleres
donde fabrican barcos y otros con todo tipo de explicaciones, como uno con las materias primas principales para hacer
cuerdas como pelo de caballo o piel de foca; nos resulta todo muy interesante y
todo gira alrededor de la vida de este belicoso pueblo que quizás nos lo han
pintado excesivamente salvaje e inculto, pero la realidad debió ser algo
distinta, como ya pudimos comprobar en las Lotfoten cinco años atrás. De lo que
no nos cabe duda es que trabajando la madera eran únicos..
De aquí ponemos rumbo a Koge (55º27’33.44”N;12º10’54,18”E). Aparcamiento en el mismo corazón de la ciudad a estas horas casi desierta. Nos dirigimos a la calle Kirkestraede, perpendicular, a donde hemos dejado la autocaravana. Aquí, en el numero 20, se localiza la que es la casa más antigua de Dinamarca y que data de 1527, año que aparece grabado en su dintel. Junto a ella, hay otras aunque un poco más “modernas”, del 1600. Después paseamos hasta la cercana calle Brogade, que cierra la plaza. Varias casas de entramado muy cuidadas nos muestran sus fachadas .A la altura del 5 y 7 nos colamos en un delicioso rincón donde algunos daneses disfrutaban de sus cervezas. Nosotros lo hicimos de un exquisito helado adquirido además, en el numero16 de
Y de aquí
podríamos haber elegido ir a los Moons Klint, a unos 80 km de donde estábamos y
que en principio era el destino por hoy. Pero Angel lee lo que tengo escrito
sobre los acantilados de Stevns y para
él tiene importancia geológica por lo que decidimos poner rumbo a ellos ya que
tan solo estamos a 30 kilómetros .
La verdad es que es un precioso paisaje. Lo que vemos es un acantilado de piedra caliza y tiza que aparece dividido claramente en dos partes por una capa de fósiles de peces aproximadamente a la mitad de su altura. Bajamos por unas empinadas escaleras a la playa llena de piedras y observo entusiasmada que son de silex. Algunas están ya rotas y sus afilados fragmentos se reparten por la orilla. Recogemos muestras para regalar porque son una imagen perfecta de la materia prima que utilizaban nuestros antepasados para fabricar sus herramientas y utensilios de caza. Algunas tienen el filo tan bien hecho que no sería necesario trabajarlas ya que cortan como auténticos cuchillos. Nos sentamos un rato al borde del mar y como niños disfrutamos tirando piedrecitas contra el suelo. Rebotan de manera absolutamente aleatoria e impredecible y solo podemos esperar que alguna nos golpee en un ojo. A mí se me ocurre rizar el rizo tirando un puñado de ellas que rebotan y saltan desordenadamente produciendo un extraño y divertido baile.
Cargados de
piedras, subimos dispuestos a descansar...unos más que otros porque yo, a las
21 horas, sigo aquí quedándome ya un poco fría y sonriendo cuando dos parejas
de invitados salen de la boda y observo como el joven de una de las parejas le
toca el culo a su chica –supongo- de forma absolutamente descarada...y pienso
en el calentón que le está dando al chaval.
Refresca y me
protejo en el interior...
Blancos acantilados
21 de julio. Domingo
Itinerario: Acantilados de Stevns-Acantilados de Klint-Egeskov-
Pernocta: Aparcamiento de barcos de Svendborg. Gratuita.
Km:325Los invitados a la boda no nos despertaron, pero sí lo hicieron las campanas que convocaban a misa. A las
A las 9 nos levantamos, por fin. Yo estaba realmente
cansada, tanto, que apenas cené y me metí en la cama directamente. Este es el
segundo día en el viaje que me acuesto casi destemplada debido al cansancio.
Además se ha sumado un dolor de cabeza que me ha obligado tomar a las 6 de la
mañana un analgésico. Yo digo que la carencia de hormonas pueden explicar esto,
aunque esta carencia no consigue explicar otras cosas y no voy a entrar en
otros detalles algo más escabrosos.
Fotografié los acantilados con un precioso sol, desayunamos,
y fuimos a pagar el aparcamiento. Y siempre nos tenemos que pelear con alguno.
En este caso no salía la tarjeta, hasta que descubrimos que estábamos mirando
en la ranura equivocada...En fin, para mí, a parte de manejarme en transporte
público, ésta es otra de las dificultades más frecuentes con las que me
encuentro: pagar los aparcamientos, echar gasolina o pagar con tarjeta de débito y usar los
lavabos de los servicios porque a veces encontrar como funcionan los grifos o
los secamanos requiere su estudio, cuando no una pequeña ayuda de alguien que te ve hacer las cosas mas dispares para
que salga agua.
Durante un momento reflexioné sobre una visión algo anacrónica
que tuve durante unos instantes: el pastor protestante vestido con una especie
de túnica negra hasta los pies y un cuello de un blanco inmaculado como los que
llevaba Felipe II, 500 años atrás. Pero....¿no es lo mismo lo que pensaría
cualquiera que viera por primera vez a nuestros obispos, a las monjas o al
papa?. Supongo que sí, así que me dejé de reflexiones y pusimos rumbo a los
acantilados de Moons, en la isla del mismo nombre a 80 kilometros de donde estábamos.
No tenía coordenadas ni sabía donde estaban, así que le escribí
en el navegador la ciudad de Stege y una vez allí seguimos las indicaciones de
Moons Klin y siento decir que no tuvimos la precaución de anotarlas luego, así
que espero que con las indicaciones dadas se puedan encontrar sin problemas.
El lugar es bonito y estos acantilados… espectaculares. Sin
duda, más que los de Stevns, ya que son mucho más altos y de mayor tamaño,
aunque según Angel el interés geológico de éstos es algo menor.
Y según salvaba escalones, pensaba en su subida…y me ponía
del “revés”. En este viaje llevábamos ya
nuestras buenas raciones de subidas y bajadas y estábamos ya algo “trabajados”.
Según descendemos se va mostrando ante nosotros un espectacular paisaje donde
una blanca pared casi vertical se introduce en las azules aguas del mar. A los
pies, una pequeña playa llena de pedruscos. Angel confiesa que quiere andar,
pero yo no le encuentro mayor atractivo, ni siquiera hay piedras de silex, así
que decido quedarme sentada bajo un sol de justicia pero disfrutando de unas hermosas vistas ante
un mar azulado salpicado por las blancas velas de los barquitos que se movían
por el horizonte.
Y el tiempo pasó rápido y tuvimos que afrontar la ascensión que
realizamos de una tirada en 15 minutos, “step by step” como dirían los ingleses
y “fú-fú, fá-fá”, siguiendo una respiración rítmica. Y llegamos arriba sin que
nadie, excepto dos niños, nos adelantaran. Bien por nosotros, pese a nuestra
edad que supera el medio siglo (aunque unos más que otros).
Reflexionamos e
intercambiamos opiniones sobre nuestros próximos destinos que habíamos variado
ya, y si en principio pensábamos terminar nuestro recorrido por Dinamarca en el
castillo de Egeskov, al sur de Odense, añadimos un paseo por la ciudad de Ribe
y por Harderlev.
Así que pusimos rumbo al castillo de Egeskov a donde
intentaríamos llegar dos horas antes de que cerraran, a las 17,00.
El navegador nos da como hora de llegada las 18,00. En
nuestro camino vamos pasando por los “bump” y trato de fotografíar la curiosa
señal, pero no lo consigo.
Dejada atrás la isla
transitamos por campos sembrados de cereales y más cereales. Realmente hay
pocas tierras sin labrar. El paisaje es menos aburrido y monótono que cuando
cruzamos Jutlandia, quizás porque aquí hay una mayor variedad de cultivos y más
arbolado. Atravesamos un gran puente que une la isla de Selandia con la de
Fionía, unos 60 euros. Bastante caro a nuestro juicio.
Cuando llegamos al castillo de Egeskov son ya las 18,00 horas
y no nos da tiempo a visitarlo. Así que pido información para planificarla para
el día siguiente y pregunto si podemos pernoctar en los amplios aparcamientos
que hay, pero me dicen que no está permitido aunque puedo hacerlo. Se eximen de
responsabilidad y añaden que la policía puede multarnos.
En el aparcamiento veo una autocaravana suiza y le pregunto
si sabe dónde se puede pasar la noche a lo que responde que lo ignora y que se
dirige al Suroeste a un puerto de mar a ver si encuentra algo. Iniciamos un
breve intercambio de información en el
transcurso del cual le pregunto por el número de idiomas que habla (los suizos
me dan muuuucha envidia en este aspecto) y me dice solo habla “suizo”. Le digo que me
está tomando el pelo y reímos juntos.
Desentierro información buscando un área que encuentro a
tan solo 20 km
hacia el Sur, junto al mar y por una autovía. Nos parece estupendo. Pero cuando llegamos nos encontramos con un
proyecto de centro comercial, en obras, solitario y nada agradable, por lo que
decidimos descargar agua y probar suerte. No parece facil, ya que las casas dan
directamente al mar y no hay espacios grandes, hasta que de pronto vemos una
explanada verde a la que se accede desde la carretera. Parece un aparcamiento
de barcos. Hay mucho sitio y encontramos una camper holandesa a la sometimos
casi a un “tercer grado”. Resultó ser un holándes “errante” encantador, que viajaba
solo mientras que espera la llegada de su mujer: Nos enseña donde están los
baños, donde vaciar WC, un lugar con bancos y con unas vistas preciosas sobre
el pequeño puerto, una barbacoa…un “Cicerone” estupendo aunque nos avisa de que
NO saquemos nada fuera. SOLO DORMIR. No sé que idea tiene de lo que podríamos
hacer…Discreción, como siempre hacemos. La noche nos vuelve a
sorprender...escribiendo.
WUAUUUUU!!!
22 de julio. Lunes
Itinerario: Castillo de Egeskov-Ribe
Itinerario: Castillo de Egeskov-Ribe
Pernocta: Area de Ribe.( 55° 19′ 29′′ N; 8° 45′ 27′′ E ) Gratuita.
Km:179
Noche estupenda. Tranquila y con buena temperatura. A las 9
estamos ya más que levantados. Desayunamos, bajamos al puerto y vemos como se
lo montan los de los barcos atracados: tienen WC, duchas, para vaciar sus WC,
mesas y barbacoas...un lujo. Vamos, todo
lo que nuestro vecino holandés nos mostró ayer es para los barcos atracados. Él
lleva enganchado a la camper un barco pequeño y como no pueden dormir en él,
durante el día se mueven con el barco, para por la noche dormir en la camper y
al día siguiente se van a otro puerto. Compra una tarjeta especial que le
permite el acceso a todos los servicios de los puertos daneses. Hay quien se lo
monta muy bien…
Decidimos corresponder a la amabilidad de nuestro solitario
vecino holandés con unas lonchitas de jamón serrano. Cuando lo ve se pone más
que contento exclamando: “ohhhh…jabón” lo que corregimos inmediatamente. Lo
había probado en Sevilla, cuando estuvo invitado una primavera por unos amigos
suyos. El jamón le ha desatado la lengua y se suelta a hablar en inglés. Ayer
el buen hombre lo intentó en español pero el resultado fue un poco penoso pese
a que yo insistí en que se expresara en inglés. El jamón le ha animado. Nos
dice que estamos en un lugar para dejar los barcos en invierno por lo que hay
enchufes a la luz (él está conectado) y grifos de agua. Está jubilado y espera
en cuatro días la llegada de su mujer. Aprovechamos para cargar agua y yendo
hacia Egeskov paramos en el area donde estuvimos ayer para descargar negras y
grises.
A las 10,30 llegamos al castillo de Egeskov. Pero antes, la escasez de gas-oil nos había obligado a
buscar una gasolinera y a conformarnos con una que no tenía “bicho” o “persona
humana” pese a que no nos gusta. Sin
problemas: tarjeta, PIN+tecla verde y se abre surtidor…echamos gas-oil y
mientras, descubrimos una pantalla a modo de televisor que nos muestra
publicidad. Buena idea, porque realmente no tienes otra cosa que hacer mientras
llenas el depósito. Después, apretamos un botón...y recibo.
Ahora ya, limpitos y llenos de todo, al aparcamiento donde
ya hay coches a pesar de ser lunes y relativamente temprano. 210 Kr cada uno (25 euros). Es carete,
pero....lo que encontramos en su interior mereció la pena y nos entretuvo hasta
casi las 15,30 horas.
Casi cinco horas y
sin parar. Es difícil de calificar lo que hay. Solo puedo intentar describirlo.
Hay que verlo y disfrutarlo. Es toda una experiencia pensada para chicos y
grandes y para pasar un día completo perfectamente entretenido. Había leído que
para verlo completo se necesitaban cuatro horas, pero yo creo que más, sobre todo si se va con niños.
Y comenzamos nuestra visita convirtiéndonos en niños
durante unos minutos y subimos por unas escaleras de caracol que rodean el
tronco de una enorme haya y que nos llevan a lo alto donde comenzamos un peculiar paseo por las
copas de los árboles que están unidas a través de pasarelas. Al principio, al
notar como éstas se agitan y tiemblan bajo nuestros pies la niñez nos abandona y recobramos la supuesta sensatez
que debe predominar en la madurez, por lo que la inseguridad y el temor se
adueñan por un breve momento de nosotros, pero regresa la magia del momento recuperando
nuestra niñez y desplazándonos con soltura
por estas pasarelas. Cuando terminamos
regresamos a nuestra edad y entristecidos descendemos...
Una vez abajo nos encontramos con muchos juegos infantiles
populares, y un par de escavadoras o grúas que funcionan con “ten kron” así que
yo, resistiéndome más a que mi infancia me abandonara, me siento a los mandos de una y dirijo mi
propia mini escavadora por unos minutos. Ya era hora, 52 añazos esperando para
esto. Soy un espectáculo para los niños que me miran boquiabiertos...Luego
disfrutamos de otros juegos populares dispersos por la zona.
La primera nave visitada contiene una impresionante y
espectacular colección de motos de todos los tipos, tiempos, marcas y
sacadas de todos los más variados y extraños lugares, restauradas algunas.
Espectacular colección que supongo que haría las delicias de cualquier
aficionado a estos vehículos de dos ruedas, como mi amigo Kike del que me
acordé especialmente. Supongo que le hubiera gustado. Por si acaso, hice
bastantes fotos pensando en él.
Arriba...coches y bicicletas de todo tipo aunque éstas
parecían menos cuidadas, llenas de polvo, estropeadas, como si estuvieran esperando
su turno para ser restauradas y sacadas de su sueño para pasar a ser exhibidas
en el piso inferior. Supongo que serian piezas de menor interés. Y todo lo que
tenía abajo en superficie, lo tenía también arriba llena de estos trastos
semiabandonados. Impresionante.
Embriagados por todo lo que nos rodea, nos sorprendemos en el interior de un comercio de los años 60, con todos los productos que entonces se vendían y los enseres de la época: máquina registradora, balanza, calculadora, vitrinas y estanterías llenas de cosas que nos devuelven cincuenta años atrás…Y el tiempo se quedó congelado.
Me emocionaron especialmente unas cajas de latón que mi madre tenía en su cocina cuando yo era una niña. Los colores, los olores, las formas…todo se combina para trasladarme y retenerme en esa época tan feliz de mi vida…y me siento desbordada por la emoción. Está todo igual, como si no hubiera transcurrido medio siglo… Me dejo atrapar por la magia del lugar y me dejo llevar por mis emociones y por mis recuerdos.
Pero no podemos estar eternamente aquí, así que seguimos a
otro edificio, este ya más pequeño pero conservaba diversos carruajes tirados por
caballos, sillas de montar normales y de amazona, arreos, bocados, trineos,
herramientas agrícolas como una segadora de cereal que yo recordaba haber visto
funcionar por lo que serían de los años 60 o 70, mas bicicletas...y al final
unas enormes vitrinas, una con diversos utensilios de cocina y otra una
carpintería con todas sus herramientas.
Pudimos relajarnos en un delicioso jardín que encontramos
entre estas dos naves. Pero no era cualquier jardín. Era un rincón con plantas
aromáticas. Pequeño, pero muy seductor. Ir tocándolas suavemente para
luego oler nuestras manos extrayendo los diferentes aromas era toda una
experiencia, única y deliciosa. Íbamos de un olor a otro distinto e igual de
delicioso que el anterior, si no más. Yo tenía que seguir esforzándome para
asimilarlo todo, aunque aun seguía sin perder mi capacidad para sorprenderme,
lo que era un buen síntoma para mantenerme alerta y abierta a la experiencia.
Nos dirigimos ahora al interior del castillo. Edificado en ladrillo rojo en medio de un
lago, es único en Dinamarca y uno de los mejor
conservados de la época renacentista. Su construcción duró 30 años y lo
hicieron sobre un pantano. Se colocaron postes de roble para fijarlo al fondo
del lago y la leyenda dice que talaron un bosque de robles.
Desde el exterior el edificio es una preciosidad, rodeado
de agua en la que se refleja la imagen casi perfecta del castillo.
Al mostrar el ticket a la joven de la entrada la pregunto
si todo esto es propiedad privada y me
lo confirma. Añade que de una sola familia y debió de ver mi cara de sorpresa
porque a esa información añadió que los dueños no podían permitirse vivir en el
castillo. Perpleja, quise confirmar lo que yo había creído entender –a veces
hago unas traducciones algo “libres”- así que volví a preguntar utilizando la
expresión inglesa “can't afford”
confirmándomelo, a lo que yo respondí que visto lo visto, era difícil de creer,
y con una sonrisa la dejamos para descubrir tan solo unos minutos después, una
joya única y absolutamente espectacular que hasta entonces no había contemplado y que dudo volver a disfrutar.
Podríamos definir el castillo como normal si no fuera por
tres detalles y en especial uno: el primero, una colección de trofeos de caza
que muestra cada pieza con la flecha con la que había sido abatida, y es que al
parecer los dueños son de los pocos que tenían licencia para cazar con arco. El
segundo detalle, una buena de colección de juguetes de latón metidos en
burbujas de plástico trasparente y situadas en la zona superior, pero la
tercera....era lo más espectacular y posiblemente único que había visto hasta
ahora en casas de muñecas. No es que haya visto muchas, pero ésta....
En el centro de una sala nos encontramos una increíble casa
de muñecas a la que no le falta detalle de ningún tipo. Se trata de Titania. No se cuantas vueltas pude dar
a este magnifico ejemplo de amor y arte...y de dinero y tiempo, claro. Al
parecer se la hizo un padre a su hija y ayudado por expertos artesanos tardó
“solo” quince años...supongo que
entonces sería ya para su nieta.
Dejamos el interior para pasear por sus magníficos jardines que también, y como no podía ser de otra manera, derrochaban gusto por todos los rincones y que seguían despertando nuestro interés y admiración. El jardín renacentista, cuidado al milímetro, meticulosamente ordenado y cortado; árboles inmensos, setos gigantescos y espacios para huerto donde pudimos encontrar todo tipo de hortalizas, desde alcachofas, acelgas, grosella roja, negra, fresas, lechugas, tomates, cebollas....Y ya me quedaban pocas exclamaciones que pronunciar y mucho menos a las 14,00 horas, casi cuatro después de haber iniciado nuestra visita a este lugar.
Pero aún quedaba otra sorpresa más. Después de visitar otro pequeño edificio que albergaba una colección de muñecas y más casas de muñecas -éstas ya “normales”- y otra con trajes de la época, incluidos los uniformes del servicio, Angel comentó que creía que nos habíamos dejado el “Folk Museum” junto al laberinto y a la colección de motos. Yo estaba casi al borde del desvanecimiento físico y aturdida mentalmente, pero hicimos un ultimo esfuerzo y ahora recibimos otra sorpresa. Inagotable nuestra capacidad de sorprendernos, aunque más cabría decir que lo que era inagotable era la capacidad de sorprender al visitante. Ahora nos encontramos frente a una colección de vehículos de emergencia: coches de bomberos, ambulancias de varias épocas y tipos, con material e instrumental al uso, como desfibriladores....una pasada, hasta tenían una centralita de emergencias y habían recreado las puertas exteriores de salida de los bomberos. Todo al detalle. Absolutamente espectacular, desbordante... y yo me pregunte ¿sabe realmente este hombre lo que tiene?
De aquí finalizamos ya en el laberinto. Angel se introdujo
en él. Yo había llegado al límite de mis
fuerzas por lo que me limité a subir a
la parte superior para verlo y de aquí...a comer, …por fin!. Para después poner
rumbo a Ribe.
Nos separan
unos 150 km
y una hora y media o dos por autopista pero llegamos a las 19 horas. Unos
italianos a los que pregunto –casi siempre suelen tener mucha información- nos dicen que a las 20 horas sale un
peculiar sereno frente a la oficina de
turismo para hacer un recorrido por la ciudad. Así que con el plano que nos han regalado nos vamos paseando con mucha tranquilidad.
Hemos dejado
la autocaravana en el área de la ciudad (N 55º19’29”; E8º45’27”). Parece un
sitio tranquilo y a escasos minutos andando del casco viejo.
Es una ciudad deliciosa y encantadora. Casitas bajas pequeñas de ladrillo rojo u otros materiales y entramado flanquean las calles por las que transitamos hasta llegar a la plaza donde está la catedral. Bonito edificio del XII que mezcla ladrillo rojo con piedra y rodeado de hermosas casas. Aquí hay numeras terrazas donde la gente se reúne cenando o tomando una cerveza. Nos perdemos por sus calles y callejuelas, muy tranquilas y con mucho “sabor”. Parece que el tiempo se ha detenido y cuando contemplo algunas fachadas, solo la farola eléctrica que está al lado me devuelve al siglo XXI. Paseo arriba y abajo pateando sus empedradas calles.
Es una ciudad deliciosa y encantadora. Casitas bajas pequeñas de ladrillo rojo u otros materiales y entramado flanquean las calles por las que transitamos hasta llegar a la plaza donde está la catedral. Bonito edificio del XII que mezcla ladrillo rojo con piedra y rodeado de hermosas casas. Aquí hay numeras terrazas donde la gente se reúne cenando o tomando una cerveza. Nos perdemos por sus calles y callejuelas, muy tranquilas y con mucho “sabor”. Parece que el tiempo se ha detenido y cuando contemplo algunas fachadas, solo la farola eléctrica que está al lado me devuelve al siglo XXI. Paseo arriba y abajo pateando sus empedradas calles.
Ribe es el
pueblo más antiguo de Dinamarca. Es una de las pocas ciudades que ha preservado
su centro medieval. La ciudad esta separada del mar por restingas que se cubren
parcialmente con las mareas. El casco antiguo que rodea a la catedral, esta a
un metro y medio bajo el nivel del mar.
Mientras
degustamos nuestros helados, observamos el sistema de exclusas del agua de la
ciudad y las 20,00 horas nos sorprenden, así que nos fuimos a la plaza. Y de
pronto vemos un grupo de gente y en un lado,...el sereno: vestido con un abrigo
y gorra azul marino, botones dorados, unas llaves colgados de un ancho cinturón,
en una mano un farol y en la otra lo que parece un arma, una especie de lanza
acabada en una bola con pinchos...
Resúmen
Itinerario: Copenhague-Lejr(Castillo de Leddreborg)-Roskilde-Koge-Acantilados de Stevn--Acantilados de Klint-Egeskov-Ribe
Km totales: 619
Km Acumulados: 5.484
Lugares de Pernocta:
Aparcamiento de los acantilados de Stevns (55º16.740 N;12º26.636E)
Aparcamiento de barcos de Svendborg. Gratuita.
Area de Ribe.( 55° 19′ 29′′ N; 8° 45′ 27′′ E )
Total de días por Dinamarca: 6
Total de días de viaje: 19
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