Hacia la luz
Escribo ahora
frente al fiordo de la Luz
que se abre magnifico, impresionante. La
luz de sol ilumina unas aguas color esmeralda. El fiordo se cierra a mis
espaldas y se abre generoso frente a mi, hacia...la luz. Esperamos el ferry que
tomaremos a las 12,00. Aquí hemos pasado la noche, junto a media docena de
autocaravanas más, aunque en teoría una señal lo prohíbe, prohibición
confirmada por un noruego que nos afirma que “it’s ilegal, but…”.
Pero voy a
volver al día de ayer, a la hora del desembarco, a la hora a la que empezó...mi
sueño, porque si hay un calificativo que se aproxime solo a lo que Noruega es,
es ese, el de sueño...
Desembarcamos
sin mayores problemas aunque el navegador tardo en “encontrarse”. Pusimos rumbo
directo a Lysebothn subiendo por la carretera 9, por el Setesdal, comiendo y
descansando en una pequeña y encantadora área junto a los rápidos de un río.
Continuamos hasta un poco después de
Hylestad para desde aquí poner rumbo hacia Suleskard. Ya nos dijo Carhec, el
guru del foro de acpasion, un, y valga la redundancia, apasionado de este país,
que la carretera era muy bonita y damos fe de ello.
Se va abriendo
paso entre grandes lagos de paisaje suavizado, rodeados de verde. Parece que la
primavera se resiste a marchar. Las
cunetas están llenas de flores, de unas enormes margaritas y de otras que
parecen enormes espigas de colores que van desde el rosa, blanco hasta el
morado. Las vimos la primera vez que estuvimos aquí y también por Dinamarca. Y
no dejan de llamarnos la atención los tejados de las casas sobre los que crece
la hierba...y hasta árboles...Ahora me explico porque no son buenos al tenis o
no destacan en ningún deporte en particular: en sus ratos libres con buen
tiempo lo dedican a cortar el césped de los tejados…
Esta carretera
asciende hasta circular entre un rosario de lagos glaciares o ibones encajados
entre suaves lomas. Llegamos a una zona de descanso donde paramos a estirar las
piernas. Con baños y también con wifi así que intento ponerme en contacto con
los chicos a través del whatsup, pero ellos no me responden en el momento. Y
como no es cuestión de quedarse allí a pasar la tarde, continuamos nuestro camino
de lago hermoso, a lago más bonito circulando por carreteras de alta montaña y
paisajes duros y pelados
En lo que
parece la zona mas alta de todo este recorrido empezamos a encontrar “hitos”o.
montoncitos de piedras por todos los lados, cientos de metros con ellos...Paramos
en un aparcamiento para disfrutar de la impresionante vista casi de pájaro de
suaves cimas y un enorme lago encajado entre ellas y que está a nuestros pies.
Y como no, hacemos nuestro hito personal, de tamaño normal, aunque Angel
encuentra unos enormes pedruscos y decide hacer otro más grande (qué manía
tienen los hombres con hacer o tener cosas más grandes…).
Continuamos
ahora ya descendiendo hasta otro aparcamiento donde hay un edificio de madera.
Lo identifico como el lugar desde el que se han tomado algunas fotos que he
visto del fiordo de la luz y en las que se disfruta de una espectacular vista de
éste desde arriba con un barco que
parece de juguete sobre sus aguas. Pero
este restaurante está cerrado y parece que sólo desde las terrazas situadas en
él y prácticamente colgadas sobre el
abismo, se puede disfrutar de ella. Desde fuera solo vemos parte. Así que decepcionada
por no poder disfrutar en vivo de la imagen conservada en mi memoria, continuamos
nuestro descenso. La carretera serpentea en cerradas curvas que cambian de
sentido pero en poco tiempo y sin mayor
dificultad nos encontramos a los pies del fiordo, no sin antes atravesar un
oscuro y muy estrecho túnel en roca viva, y por el que únicamente cabe un
vehículo.. Una señal de autocaravanas tachadas nos indica que no somos
bienvenidas, pero como hay más decidimos quedarnos y esperar la noche que a las
23 horas aun no ha llegado. Lo oscurecemos todo y el sueño me recoge pronto y
me atrapa hasta las 4,30 en que me
despierto y compruebo que ya hay luz.
Rozando el agua, tocando el cielo
8 de julio. Lunes
Recorrido: Lysebothn-Forsand (recorrido en ferry: 565 Kr)-Preikestolen (ascensión)-Joperland
Pernocta: Area de Joperland 59º1'3”N;6º2'38”E. (100 Kr)
Km:25
Continúo mi
sueño hasta las 6,45 en que decido levantarme para ver la llegada de un ferry
rápido. Veo en la cola una pick-up así que entro en la cafetería a preguntar si
este ferry admite autocaravanas y me dicen que algunas veces sí. Cuando el
ferry llega pregunto al que parece estar al mando y me cuenta su vida. No le
entiendo, parece estar comiendo patatas, o yo tengo los oídos cerrados, o las
“entendederas” fastidiadas. Lleva una hoja en la que comprueba las matrículas
de los vehículos que hacen cola. Espero,
y al final me dice que no, así que regresamos a nuestro sitio y a las 7,30 nos
metemos en la cama para iniciar el día una hora después. La espera debe
prolongarse hasta las 12,00h. y nos lo tomamos con tranquilidad.
Me da lo mismo
estar en la fila que 200 m
mas allá, así que nos ponemos en ella. El día es magnifico. Saco el ordenador y
me voy a unas mesas que hay frente al fiordo. El único problema es que la intensa
luz me impide ver con claridad la pantalla y sufro bastante, pero este
sufrimiento se ve compensado por un entorno imponente, más que espectacular.
Encuentro wifi pero va y viene. Intento darle a nuestro hijo Raul instrucciones
para que reserve el billete del ferry de Gudvangen a Kaupanger (recorrido por
el Naerofjorden). Trabajo con dos pantallas, en una hago una simulación de
reserva y en la otra voy dando las instrucciones a Raul, pero el wi-fi funciona
como los intermitentes, ahora sí ahora no…, veo mal la pantalla…pero resisto y
cuando consigo llegar al final me pide la tarjeta de crédito. Conclusión: Raul
no me lo puede hacer así que tendremos que hacerlo nosotros cuando tenga o
encuentre alguna zona con wifi. No quisiera arriesgarme a llegar y no tener
sitio.
He dedicado
mucho tiempo a esto y ya son las 11,30h. Se ve el barco a lo lejos que se
acerca y abre su proa Parece la enorme boca de un tiburón
que se prepara para engullirnos. La maniobra es rápida y limpia, como siempre.
A las 12 en punto empieza el embarque. Comprueban las matriculas de las
reservas que tienen hechas. Aquí no pedían pagar nada, por lo que con anotar
matrícula era suficiente.
Sobre la marcha
hemos decidido cambiar de planes y si pensábamos dedicar la tarde a visitar
Stavanger y atacar el Preikestonen mañana por la mañana muy temprano, dado el
día tan estupendo que hace y que los pronósticos para mañana no lo son tanto,
especialmente a partir de las 12 en que puede incluso llover, decidimos
ascender esta misma tarde así que informo de que desembarcaremos en Forsand.
Ponen un pos-it amarillo con una F y luego me dicen que me salga de la cola y
entre la primera. Bien!! A ésta la entiendo…no vamos mal. El ferry parece
pequeño, pero entramos todos y sobra sitio.
Y me sumerjo en mi primer sueño. El ferry se desplaza lentamente entre las inmensas paredes del fiordo dejando atrás una suave estela que se alarga hacia Lysebothn custodiada por estas paredes casi verticales. Una grabación en tres idiomas –noruego, inglés y alemán- nos va guiando en nuestro recorrido y nos indica
El barco silenciosa y suavemente se desliza sobre las aguas verde esmeralda del fiordo custodiado por enormes moles graníticas. Comento con Angel que esto en el fondo es una ría grande, o las rías un fiordo en miniatura y me corrige: los fiordos se han producido por el hundimiento de glaciares, mientras que las rías por el hundimiento de las cuencas de un río.¡Vaya! He aprendido una cosa más.
El ferry se va
acercando a las orillas a dejar o recoger gente de lugares “habitados” en los
que no se ven más de dos o tres casas. En un momento determinado gira 360º y lo
que es la proa pasa a ser la popa, y viceversa. Deducimos que debe llevar dos motores para facilitar las
maniobras así que cambiamos las sillas
de lugar para no perdernos nada de la orilla derecha, donde está el famoso Preikestolen
o púlpito.
Ahora
comenzamos a ver barcos pequeños de todo tipo cargados con turistas que
recorren el fiordo. Disfrutamos de una hermosa cascada que vierte sus aguas en
él. Y es ahora cuando desde la popa veo una forma
grande, de contornos redondeados, de color marrón oscuro flotando en el
agua y que rápidamente se sumerge…¡es una foca! O un par de ellas, eso no
consigo distinguirlo bien. Casi me pongo a dar saltos de alegría. ¡he visto una
foca!. En fin…lo dicho…estoy emotiva y “blandita”.
Y llegamos al
Preikestolen. Desde abajo se distingue su forma perfectamente. Una especie de
cubo que se eleva en vertical hacia el cielo. Es espectacular y el momento de
distinguirla e identificarla es especial. Lo había visto tantas veces en
fotografías que el estar debajo, tan cerca, me emociona, y más aún si pienso
que en breve estaremos allí arriba, disfrutando de una de las vistas mas espectaculares
sobrecogedoras que existen en mi mente.
El ferry se introdujo en un hueco encajado entre paredes graníticas casi
verticales que se hundían en el mar verde esmeralda. El contraste de la piedra
gris con el luminoso color dotaba a ese
rincón de una sobrecogedora belleza. Tras demostrar la habilidad del piloto al
introducirse con semejante artefacto en este agujero, continuamos nuestro
camino hasta Forsand.
Pero si la hora
prevista para desembarcar eran las 14,20, pasábamos ya de las 14,30 y realmente
no iniciamos la maniobra hasta las 14,45 dejándonos en la orilla opuesta a
donde yo pensaba que estaba la carretera que nos llevaría al aparcamiento del Preikestolen.
Así que tuvimos que atravesar el fiordo por el puente para continuar por una
estrecha carretera con “apartaderos”
hasta nuestro destino. Se me ponían los pelos como escarpias de pensar
que podría cruzarme con un autocar, como así ocurrió y dicho sea de paso, no
iba nada despacio. Yo “abría” un grupo de tres autocaravanas que habíamos desembarcado
con la misma intención, solo que ellos habían sido más listos y habían tomado
un triste sanwich en el ferry mientras que yo me moría de hambre y sería lo
primero que debería hacer antes de comenzar la ascensión: comer.
Llegamos al
inmenso aparcamiento (58º59'30.34N;6º08'16,27E)con
las coordenadas correctas (google earth hace maravillas) y nos dirigimos a la
zona de autocaravanas. Unos 10 euros (300 Kr). Aparcamos junto a unos italianos
más entraditos en años que nosotros con los que mantuvimos una brevísima
conversación. Y es que ya vamos teniendo ganas de hablar con alguien más que
con nosotros. Nos dijeron que su hijo viajaba mucho por España -técnico de
sonido de músicos- y nos confirmaron lo
que ya sabíamos: que había un trozo especialmente duro, con grandes piedras
formando escalones de pendiente pronunciada y no solo de subida, sino que la
bajada era muy exigente.
Comimos
frugalmente y nos preparamos. Agua, alguna sudadera, teléfonos y un poco de
chocolate Encontrar el camino fue fácil ya que hay una romería que a estas
horas –las 16,00- desciende, y otra, en la que estábamos nosotros, que asciende
aunque por la hora, bastante menos densa que la “romería” de retorno.
En total he
leído que son cuatro horas entre ida y vuelta. Recuerdo haber visto los
perfiles, pero prefiero no recordarlos claramente para no pensar....había sitios con mucho
desnivel. Ya la primera parte, de camino de gravilla suelta, sirve de
calentamiento porque si bien la pista es
fácil, la pendiente es pronunciada y empieza a romper las piernas. Son unos 500 m . Pienso que estoy al principio...Después
aparece una escalera de piedras de 1,5 km hasta llegar a un
falso llano donde se puede respirar, pero enseguida nos encontramos con otro
tramo de ascenso de grandes piedras de unos 2 km . Casi todo el camino se
va andando de pedrusco en pedrusco por lo que no se puede mantener un paso
regular y esto hace la ascensión mas cansada de lo normal y algo penosa.
Vemos gente de
todas las edades, gente mayor, algunos con caras de sufrimiento que
comprendemos cuando descendemos. Yo miro principalmente el suelo, no quiero mirar
arriba y comprobar el desnivel, así que catalogo todos los tipos de calzado:
playeras, sandalias, buenas botas de montaña, zapatillas...cualquier cosa es
buena para subir...aunque mal calzado y juventud no suele ser peligroso. Lo
contrario, mucho. Yo, por si acaso, tengo mucho cuidado dónde y cómo pongo los
pies..
Y llegamos al
tramo mas duro de la ascensión: unos 2,5 km por un camino muy inclinado, estrecho,
encajonado y con unas piedras de un considerable tamaño. Y además, nos cruzamos
con mucha, muchísima gente que baja y que dificulta la subida ya que la mayoría
de las veces no ceden el paso. Hay también muchos boys scouts que descienden
como potros. Yo pongo la “directa” y tiro, mirando arriba de vez en cuando
(para no tener tortícolis ni pensar...). Angel se para a tomar aire y yo creo
que si me paro no voy a ser capaz de arrancar así que continúo hasta acabar con
esta auténtica “rompe piernas”. Oímos hablar español. Hay grupos, pocos, pero
los hay. ¡Vaya! El Preikestolen habla castellano.
Hemos llegado
a una planicie con lagos o pequeños ibones donde hay algún que otro loco o loca
que se baña. Afrontamos ahora los últimos
2,7 km .
Nos queda el “tirón” final, pero el
camino parece dividirse en dos tramos: uno que asciende en buena pendiente a
nuestra derecha y otro que continúa por un lugar mas llano. Los que van delante
de nosotros dudan. Yo, que soy una preguntona, hago lo propio y creo entender que el camino de la derecha, el
que asciende, llega por la parte de arriba del Preikestolen y que luego hay que
dar un rodeo para acceder a la plataforma. El otro va más directo. La
dificultad, duración y belleza de ambos es similar aunque a su juicio es mejor
el que va recto, un poco a la izquierda. Pero vemos que la otra familia ha
tomado la decisión de ir por el de la derecha, el camino que parece tener un
poco más de pendiente y si llevan una niña y van por ahí, nosotros también. Y
decidimos seguirles.
La subida es
pronunciada pero pensando en el final, se hace menos dura. Y llegamos.
¡DIOS! ¡Qué
belleza! ¡es absolutamente sobrecogedora! Porque de pronto, en tan solo un
segundo, hemos pasado de ver esta llanura y los ibones, a tener el fiordo a
vista de pájaro a nuestros pies como un
gigantesco río azul que se abre paso entre picos montañosos que se estiran
hacia el cielo. Pero nosotros lo vemos todo desde arriba, superamos en altura
estas cimas …Es una postal soñada…
Y nos asomamos
un poco más y a nuestros pies aparece algo con lo que no habíamos contado: la
plataforma completamente plana del Preikestolen enmarcada en …y tengo que
disculparme porque encontrar palabras que puedan describir esta belleza es
prácticamente imposible, sobre todo porque es tan espectacular que genera emociones muy intensas…Me siento…pequeña…muy
pequeña y casi como una diosa que contempla la inmensidad y grandeza de lo que
aparece a mis pies.
En la
plataforma hay gente sentada, tumbada,
andando...y no hay mucha. El espectáculo al fondo es inenarrable: todo el
fiordo de la luz se abre a nuestros pies, a derecha e izquierda, pintado de un
azul verdoso intenso que contrasta con las duras y oscuras laderas del fiordo.
Es...Sobrecogedor es poco. Desearía tener menos inhibiciones de las que tengo y
poder exclamar en alto:. ¡¡¡GUAU!!! ¡¡¡OHHHH!!! ¡¡¡LA LECHE !!! ¡JODER! Y
seguramente estas expresiones tampoco alcancen a describir lo que veo. Tan
solo, y en el mejor de los casos, rozar, la perfección de esta belleza.
No hay
palabras. Te sientes como en la cima del mundo, por encima de todo. Solo estamos
nosotros y lo que se ve abajo...lo demás ha desaparecido....Es un momento único,
especial...
Y entonces
traigo conmigo a los míos, a los que quiero....en especial a mis hijos, al
silencioso Raúl y David, que hace 5 años le hubiera gustado venir y a los que
yo echo especialmente de menos...y nuestra soledad se hace un poco mayor.
Buscamos ahora
el camino para bajar a la plataforma. Tras un par de dudas lo encontramos. Como
nos dijeron, hay que ir dando un breve rodeo por la derecha. Hemos tardado 1,45
minutos en TODO este recorrido. Ahora estamos encima de la propia plataforma. Hay algún
insensato que se acerca al borde de pie, pero la mayoría lo hace gateando o reptando, como yo. Fotografío este
espectacular abismo, una caída en vertical de más de 600 metros . Una chica
está sentada a mi lado al mismo borde con los pies colgando hacia la nada. De
vértigo. Me molestan sus pies para hacer una buena fotografía por lo que la
pido por favor que los retire. El sitio es....mágico...La gente va y viene, anda,
se hace fotos, llama por teléfono, bebe, come, hasta una familia árabe se hace
una barbacoa...vivir para ver...
Y desde este
sitio tan sumamente especial, acordándonos de los que no están y trayéndolos
una vez más con nosotros, hacemos una llamada a nuestros hijos.... Raul con lo
poco expresivo que es, me llama la atención por su exclamación: “OHHHH!!!”! Y
para hablar con David tenemos que hacer tres intentos. Un “¡¡¡JOOOOO!!! también sale de su boca y nos dice que hagamos
muchas fotos, como de hecho estamos haciendo. ¡Mis hijos....! ¡Cuánto los echo
de menos!...tanto que hasta duele.
Alguien se
dirige a nosotros y nos pregunta en perfecto castellano si queremos hacernos
una fotografía juntos. ¡Por supuesto! Me ha leído el pensamiento.
Es una familia
española con tres hijos, el mayor de 17 años. Él es profesor de Universidad y
ha venido con un intercambio durante un mes. Ella con una “Erasmus” de 15 días.
Dicen que con eso pagan únicamente el avión y que el litro de leche, que cae
uno al día, vale 2 euros. Nos despedimos de ellos e iniciamos el descenso.
Voy muy
animada quizás embriagada por tanta belleza...La ascensión me ha resultado
menos dura de lo que esperaba. Me apetece bromear así que busco víctimas que
encuentro en la primera vikinga -supongo- con la que me doy de frente que
parece un poco asfixiada y la digo: “It's closed” y le muda la cara.
Pobrecilla. Apiadada rápidamente la digo que es una broma y recupera su
sonrisa. Pero qué cabron... me he vuelto!. Como castigo a esta perversidad la
rodilla derecha, la buena -la izquierda está operada de menisco y tiene un
tendón fastidiado- me da un latigazo y siento un clip que se repite en alguna
posición...y me asusto. Estoy arriba del todo y recuerdo el relato de alguien que
vio como un helicóptero evacuaba a una turista que se había lesionado. Ahora no
me pueden fallar. Así que se me pasan las ganas de bromear y me concentro. En
silencio, delante y muy despacio voy descendiendo cargando el peso en la
rodilla izquierda, lo que también me preocupa. Pero me cruzo con un minusválido
que va con una muleta. Cojea de una pierna que la tiene rígida. Vaya par de C O
J O N E S y lo digo con todas las letras porque no se merece menos. Llegará,
tardará más que otros, pero lo hará, como otros tantos que con otras dificultades
se lo han propuesto y lo han conseguido. Afronto así el descenso de la “rompepiernas”,
aunque ahora el calificativo más adecuado sería el de “romperodillas”. La
subida es medio dura, pero la bajada es muy exigente. Sumando ambas, la
ascensión del Preikestolen tiene su dificultad.
La rodilla me
responde y voy recuperando el humor. Angel lee mis intenciones y me dice que me
contenga, pero la tentación me vence y aunque ahora son pocos ya los que suben,
elijo otra víctima, pero ésta me responde que lo sabe con una sonrisa. Vikinga
lista...bueno es mujer...
Ya en los
últimos kilómetros compruebo que me duele todo, de la cintura hacia abajo: las
lumbares, las rodillas y los pies con todos sus deditos. Como dice Angel, esto
es estupendo para sacar todos los defectillos y problemas...de la edad y es que
52 tacos míos y 56 de éll son una buena pila de años, aunque nos encontramos
con gente que peina más, como una abuela en cierto “equilibrio inestable” y que
de vez en cuando oscila y que a su velocidad terminará y lo conseguirá.
Y ahora....¡Mi
reino por una ducha!!!. Bajamos a buscar un lugar de descanso. Dejamos un
camping a nuestra izquierda y nos dirigimos a un área en Joperland que
encontramos junto al puerto sin mayor dificultad (59º1'3”N;6º2'38”E). Lo primero
que hacemos es cargar el depósito de agua y lo segundo...darnos una ducha a la
que voy de cabeza.
A las 23,30 todavía hay luz y estamos terminando de cenar.
Llevamos un día de adelanto sobre lo previsto ya que por si el tiempo no nos
acompañaba en la ascensión, había previsto un día más. Mañana, además, será
tranquilo y nos levantaremos cuando queramos y el cuerpo nos lo permita. No
podemos mantener este ritmo tan exigente muchos días más y hoy estamos
realmente matados.
La blanca Stavanger.
9 de julio. Martes
Recorrido: Joperland-Tau-Stavanger (ferry: 183+183 Kr)-Tau-Ardal
(Iglesia)- Hjelmeland a Nesvik (ferry:92 Kr) -Josenfjorden)- Halandsosen
Pernocta: Halandsosen (59º34731N;6,23774E)
Km: 220
Día gris,
nublado. Me levanto a las 8,30 y escribo un rato. Angel sigue durmiendo. Un
poco más tarde decido moverse. Aprovechamos para rellenar el agua gastada en la
ducha y ponemos rumbo a Tau para tomar el ferry que nos llevará a Stavanger.
Pensamos en la posibilidad de dejar la
autocaravana allí, pero no sabemos la distancia real que habrá al casco viejo y
tampoco veríamos las famosas espadas vikingas, a las afueras de la ciudad, así
que ponemos “Stavanger” al navegador y nos dirige al puerto de Tau, al ferry.
De camino
paramos en un supermercado a comprar algo de pan y de fruta. Yo busco salmón
salvaje, que no encuentro. Cuando llegamos acaba de marcharse un ferry así que somos los segundos de la fila. Media
hora de espera que pasa enseguida. Vemos como se abre una compuerta para dar
salida a los vehículos que van en la bodega inferior. Y a la vez comenzamos a
embarcar nosotros. Como siempre, maniobra rápida y limpia
El primer
ferry de este año. El trayecto dura 40 minutos y como todo el mundo, nos
dirigimos a buscar al empleado para pagar pero éste necesita datos y pregunta.Y mira que no
me gusta que me pregunten...por si no les entiendo, y porque para mí es muy
verídico el dicho ese que dice que lo peor cuando hablas inglés es que el otro
piensa que sabes y te habla o pregunta más…pero sólo quiere saber la longitud
de la autocaravana y si pagamos con tarjeta. Al responderle afirmativamente a
la segunda, nos dice que en 15 minutos volvamos. Ahora ya nos lo sabemos: dos
personas, una autocaravana de 6
metros . Meter tarjeta, marcar PIN, botón verde y
esperar...Prueba de ferry superada…Ya tenemos el “PNT” aunque en este caso sería
más el “ PNPF”ó “Procedimiento Normalizado de Pago en Ferries”.
Casi sin
darnos cuenta llegamos al puerto, desembarco rápido y como ya tenía marcadas las coordenadas del
aparcamiento que yo creía más cercano al casco viejo y que había buscado en el“San
Google Earth”, fue fácil encontrarlo. En plena calle y con parquímetros. Ahora
tocaba pelearnos con ellos. Pero hubo suerte: una vikinga nos precedía así que
nos fijamos en cómo lo hacía, (aprendizaje vicario o por imitación, como los
monos) y la pregunté para confirmarlo (jod…todos hablan inglés, ¡qué envidia!)
y luego repetimos nosotros la operación. Genial. Anotamos la calle donde estábamos
y nos dirigimos al casco viejo que encontramos a 200 metros.
Localizamos la catedral, junto a un lago y un parque. Visita cara, 4 euros por cabeza, pero el interior merece la pena. Su románico es sobrio y sencillo pero a la vez elegante. A la entrada hay una especie de porche en el que se debían dejar las armas. El interior es amplio y parece distinto del románico español, que, sinceramente, me gusta más que éste. Sorprenden lo que ellos llaman epitafios o placas conmemorativas datadas en el XVII, pero sobre todo es el púlpito policromado en madera el que llama la atención y del que leemos que contiene toda la historia bíblica, desde Adán y Eva hasta el Cristo victorioso. Parece sostenido por una talla de San Roque. También nos llama especialmente la atención el único capitel labrado denominado el capitel del pecado y que simboliza la lucha contra las fuerzas del mal. El exterior es sencillo y tiene poco parecido o nada al románico español.
Localizamos la catedral, junto a un lago y un parque. Visita cara, 4 euros por cabeza, pero el interior merece la pena. Su románico es sobrio y sencillo pero a la vez elegante. A la entrada hay una especie de porche en el que se debían dejar las armas. El interior es amplio y parece distinto del románico español, que, sinceramente, me gusta más que éste. Sorprenden lo que ellos llaman epitafios o placas conmemorativas datadas en el XVII, pero sobre todo es el púlpito policromado en madera el que llama la atención y del que leemos que contiene toda la historia bíblica, desde Adán y Eva hasta el Cristo victorioso. Parece sostenido por una talla de San Roque. También nos llama especialmente la atención el único capitel labrado denominado el capitel del pecado y que simboliza la lucha contra las fuerzas del mal. El exterior es sencillo y tiene poco parecido o nada al románico español.
Aunque esta
nublado la temperatura es agradable y parece que no va a llover. La gente pasea
tranquilamente entre los puestos en los que venden fruta y verdura. Medio kilo
de estupendas fresas, 4 euros. No pienso pagar el gusto cuando no creo que estén
mejor que las de Huelva.
Nos perdemos
por algunas callejuelas mientras que nos dirigimos al puerto que a las 12,30 h
disfruta de un animado ambiente con la
gente poblando numerosas terrazas. Un enorme crucero descansa sobre sus aguas y
suponemos que habrá descargado a montones de turistas. Disfrutamos de un músico
callejero que con botellas llenas de líquido y acompañado por música enlatada,
toca diferentes melodías. También de los pequeños veleros de madera que se
alinean a lo largo de este puerto y también, aunque sorprendidos, de
enormes medusas que ingrávidas, flotan en
el agua extendiendo y alargando sus tentáculos en una suave y relajante danza.
Y por la Nedre Strandgate nos
introducimos en un encantador rincón de esta ciudad donde las casas de madera
blanca, pequeñas y coquetas, se alinean y se agrupan adornadas por flores de
distintos colores. Sus adoquinadas calles en pendiente son transitadas ahora
por, suponemos, los ocupantes del trasatlántico, jubilados en su mayoría, que hablan
con lo que a mi me parece un claro acento inglés. El lugar es precioso y
encantador. Desde la parte superior fotografío sus callejuelas con el gigantesco
barco al fondo. Curioso anacronismo. Y nos dejamos llevar por el hechizo y la
tranquilidad que se respira en estas calles. Bergen me gustó, es alegre y
bulliciosa, pero Stavanger es…elegancia y sencillez. Sin prisa, saboreando el
lugar, nos dejamos seducir y sin rumbo fijo nos perdemos por las calles hasta
que nos damos cuenta de que están a
punto de cumplirse las dos horas de aparcamiento, por lo que decidimos regresar
no sin antes dirigirnos a la torre de Valberg en un montículo al otro lado del
puerto y desde el que se tiene una vista aceptable de la ciudad.
Regresamos sin
dificultad por donde habíamos venido y ahora ponemos rumbo a las famosas
espadas vikingas. Pero cuando llegamos no podemos aparcar ya que descubrimos
una impresionante reunión de boys scouts que tienen montando un gigantesco
campamento. Un poco mas allá vemos un trozo de tierra con una señal de
prohibición de aparcar, pero la dejamos unos minutos para acercarnos a verlas.
Sverd i Fjell están junto al
fiordo de Hafr y la historia cuenta que aquí fue donde el rey Harald Hårfagre unió Noruega en un solo reino en el 872.El
monumento simboliza la paz, unidad y
libertad y las empuñaduras son copias de las espadas vikingas
encontradas en diversos lugares del país.
Ahora
regresamos al puerto a embarcar otra vez rumbo a Tau para tomar la RV 13 hacia el Norte a Halandsosen
donde Caherc tiene descrito un lugar para pernoctar.
Nada más
llegar comienza el embarque, así que aunque hambrientos, decidimos aprovechar
y posponer la comida que haríamos
después en un punto de la carretera. Esta vez, mientras descansaba, me quedé
dormida y fue el ruido del agua golpeando la claraboya la que me despertó, ya que a eso de las 16 h
rompió a llover y no solo el cielo de cubrió de gris, sino que las nubes
descendieron para descansar casi sobre el fiordo restando visibilidad. Pensamos
que era ridículo circular así ya que perderíamos mucho y puesto que íbamos
adelantados lo mejor sería parar en el área que tenía localizada en Ardal. Y
para allá ponemos rumbo, a su iglesia, que descubrimos en medio casi de la nada.
Resulta
encantadora, sencilla, toda de madera y con unos frescos en su interior que parecen realizados por la restauradora
del famoso “Ecce homo”. Pero esto, que dicho así podría restar interés, es
justo lo que desde mi punto de vista, se lo otorga. Sorprende más porque de su
exterior no puede deducirse el interior. Curiosamente alrededor solo hay dos
tumbas. El recuerdo que tengo de otras iglesias de madera del Norte del país es que están rodeadas de ellas.
Ponemos rumbo al
área que tenía localizada en Ardal, pero la encontramos en la carretera junto a
una gasolinera.(59º9'3”N;6º10'43”E). En realidad es un área de servicios pelada
pero no es un lugar agradable para pasar una noche. Aprovechamos para
descargar y cargar agua. Comprobamos que las nubes que
cubrían las cimas se alejaban y decidimos seguir, entre otras cosas, porque el
lugar no invitaba nada al descanso así que ahora, hacia lo que sería nuestro tercer ferry, el
que nos lleva desde Hjelmeland a Nesvik y que tardará unos 30 minutos en llegar, tiempo que lleno brujuleando por un autoservicio, los
baños, viendo los vehículos que hacen cola, sus ocupantes...etc., algunos de
los cuales no saben a donde van. Y digo esto porque Angel pregunta al ocupante
del vehículo que tenemos delante en la fila, un ruso, y dice que no sabe si
va o no a Nesvik. Yo al noruego que es
el primero, y tampoco lo sabe. Que gente más curiosa.
En nada llega
el ferry y el trayecto es tan breve que únicamente me da tiempo para un par de fotos y
no más. Atravesamos el Josenfjorden y
ponemos rumbo a Halandsosen, hacia las coordenadas que tenemos de Carhec. Es un pequeño embarcadero junto a un
par de surtidores de gasolina y un supermercado pequeño. Hay gente pescando y
el sitio parece tranquilo con vistas también hermosas que se abren al fiordo.
Estamos solos.
Nos situamos para ser discretos y escribo un poco. El día parece que se ha arreglado
y ahora el cielo está azul y la luz de sol entra por la ventana de la
autocaravana derramándose por su interior. La lluvia parece haber limpiado el
aire y todos los colores tienen ahora una intensidad mayor. Pero es tarde ya y
el cansancio se nota así que disfrutamos de una cena frugal y nos vamos a la
cama a eso de las 23 horas, con luz, por supuesto y ya he decidido a parte de
oscurecer todo, cerrar también las cortinas de la cama para tener más
oscuridad.
Recorrido:Lysebothn-Forsand-Preikestolen-Joperland-Tau-Stavanger-Tau-Ardal(Iglesia)-Hjelmeland a Nesvik (Josenfjorden)- Halandsosen.
Km totales: 245
Km acumulados: 3045
Lugares de pernocta:
Area de Joperland 59º1'3”N;6º2'38”E.
Halandsosen (59º34731N;6,23774E)
Anterior
(Ir parte inferior izquierda:
"I PARTE. La ida") Indide general de relatos
Resumen
Recorrido:Lysebothn-Forsand-Preikestolen-Joperland-Tau-Stavanger-Tau-Ardal(Iglesia)-Hjelmeland a Nesvik (Josenfjorden)- Halandsosen.
Km totales: 245
Km acumulados: 3045
Lugares de pernocta:
Area de Joperland 59º1'3”N;6º2'38”E.
Halandsosen (59º34731N;6,23774E)
Anterior
(Ir parte inferior izquierda:
"I PARTE. La ida") Indide general de relatos
Siguiente
(Ir parte inferior izquierda:
"El sabor del agua")