2.4. MELANCOLÍA

Juego en el tiempo. 
14 de julio. Domingo

Itinerario: Gaupne-Sogndal-Manneheller-Fodnes (Ardalsfjorden.Ferry: 99 Kr)-Ardalstangen- Eidsbubarden-Oye Stavkyrkje-E-16-Lomen-Fagernes
Pernocta: Fagernes (60º59´09.62"N;9º13´45.63"E). Gratuito
Km: 237

Estamos en Fagernes.Y ahora ya, con la sensación de haber recuperado el tiempo y a 15 minutos de pasadas ya las 22 horas, me puedo permitir volver al relato del domingo, dia 14.

Por segundo día consecutivo hemos tenido problemas para encontrar un lugar agradable donde pernoctar. Los aconsejados estaban en la carretera y eran algo solitarios así que hemos seguido hasta aquí donde estamos ahora en una callejuela sin asfaltar perpendicular al río.

Pero retomo el hilo del relato desde Eidsbubarden a donde hemos llegado desde Gaupne.

Aunque yo he abierto los ojos a las 3,30 (ya había luz) y luego a las 7, hemos estado durmiendo hasta que las 9 nos han sorprendido en la cama. Y tiene explicación. Alrededor de las 10h hemos puesto rumbo hacia este lugar. Pensábamos continuar desde Gaupne  por la ruta turística 55 hasta Turtagro, carretera que ya habíamos hecho cinco años atrás, pero hemos decidido que éste sería nuestro particular punto de inflexión y que a partir de aquí pondríamos rumbo sur. Así que nos hemos dirigido a Sogndal donde frente a una gasolinera hemos vaciado el WC ya que no dispone de ningún otro servicio -aunque en su día los hubo-,  para continuar hasta Mannheller y tras  un largo túnel meternos casi directamente en el que sería nuestro último ferry de Noruega después de....hemos perdido la cuenta porque los hemos tomado ya como autobuses. En Fodnes, al otro lado del  Ardalsfjorde  tomamos la 53 a lo largo de este fiordo, prácticamente en solitario ya que el resto del mundo parece que haya tomado otro rumbo.
La carretera  en sus inicios corre ancha y paralela al fiordo hasta Ardalstangen pero según asciende se estrecha y comienzan los túneles, algunos de los cuales carecen de iluminación y con longitudes de casi 3 km. Adentrarse en un agujero totalmente a oscuras y con el ancho justo es algo claustrofóbico, por no decir mucho. Pero luego el “rizo se ha rizado” ya que éstos estaban excavados en plena curva y a la entrada  de ellos nos recibía una cortina de agua. Al menos  eran cortos, pero, como he dicho antes, en este país no puedes dejar de sorprenderte ...siempre espera algo nuevo detrás de cada curva y si bien algunas carreteras son especialmente duras, suelen ser también las más hermosas y espectaculares.

La carretera asciende sinuosa hasta llegar a un altiplano con un enorme lago rodeado de montañas   pintadas a grandes trazos de nieve. Casitas de madera están desperdigadas rompiendo la monotonía de un paisaje desarbolado y plano . Y pensamos que esto en invierno tiene que ser impracticable y ahora en verano....con este  frío solo se puede leer y hacer punto. Todas las casas  o casi todas, independientemente del tamaño, tienen un mástil para la bandera, en algunas está subida y en otras no. Lo que no vemos son cables de luz por lo que pensamos o que funcionan con grupos electrógenos o que la línea de luz va enterrada. Algunas cabañas tienen placas solares pero la mayoría carecen de ellas. Circulamos varios kilómetros por este inhóspito paisaje viendo como el termómetro desciende por momentos. Ayer nos sorprendimos cuando alcanzamos los 8ºC, pero hoy ya hemos bajado de esa temperatura.

Llegamos a la desviación que nos dirige a  Eidsbubarden y la carretera desaparece para convertirse en una pista en buen estado y suficientemente ancha, así que nos animamos. Y a los pocos metros aparece de frente un autobús –lo dicho sobre la capacidad de “sorprenderse”- por lo que busco donde esconderme y pliego el espejo retrovisor. Parece que al conductor le ha gustado el gesto ya que una amplia sonrisa ilumina su rostro levantando el dedo pulgar de su mano en señal de “bien hecho”.

Y continuamos adentrándonos más por éste espectacular e inhóspito paisaje que parece salido del invierno. El gran lago lo dejamos ahora a nuestra izquierda y seguimos hasta llegar a otro. Nos cruzamos con  turismos y dejamos que nos pasen otros hasta que llegamos a nuestro destino. Aparece un lago encajonado entre montañas y manchas de nieve salpican aquí y allá este paraje tan peculiar. Hay un aparcamiento  pero están descargando una caseta de madera por lo que la maniobra, que impide que lleguemos, puede durar tiempo así que decidimos dar la vuelta y buscar un lugar agradable donde parar a descansar, leer, comer, escribir....

Y  aquí estamos, acompañados por buena música  -y ahora la más adecuada es la clásica- una taza de té en la mano y el repiquetear del agua golpeando suavemente los cristales y deslizándose por ellos. Y nosotros calentitos aquí dentro....Solo faltan unas vistas completas sin la niebla que las cubre casi en su totalidad, aunque tal y como está ahora, combinándose nubes deshilachadas pintadas a grandes trazos de gris con otras bajas más blanquecinas descansando sobre las cimas, descargando agua suavemente, la silueta de las cabañas dibujándose sobre el fondo, el agua, la nieve, …todo el conjunto tiene una belleza muy especial, algo excitante y casi sobrecogedora
Y su contemplación  me sumerge en cierta sensación de irrealidad invitándome a la reflexión y a la melancolía y caigo en ella. Y pienso en  estos 14 días que llevamos de viaje.

Sintiendo…
A veces he tenido una auténtica necesidad de llamar a algunos amigos, o más a mis hijos o familia más cercana. A veces una necesidad desesperada, como nunca me había ocurrido. Los SMS son limitados, lentos  y no puedo transmitir lo que siento. Y he necesitado, como necesito ahora, salir de mi y de Angel para comunicarme con...el MUNDO. Por que desde que hemos salido de casa estamos aislados, no sabemos nada de lo que pasa en el exterior, solo de los nuestros. Y la sensación de soledad se ha ido agudizando según  crecía la distancia. Estamos los dos, solo los dos, para resolver todo aquello que nos pueda surgir. Tan solo el saludo que nos intercambiamos cuando nos cruzamos con otra autocaravana nos acerca a otros que andan dando tumbos por estos asfaltos divinos, igual que nosotros, unos más cerca de su casa, como los alemanes, y otros más lejos, como los italianos, de los que vemos muy muy pocos. Claro que españoles hemos visto menos aún. Tan solo una autocaravana con la que intercambiamos cuatro palabras en Voss en el aparcamiento nocturno y que esa misma noche decidieron irse a otro sitio.


Viajar así, y recojo la maravillosa definición que hizo nuestro amigo Carlos,  es desplazarte suavemente introducido en una burbuja de la que entras y sales cuando quieres, tan cómoda y protectora como ella, pero también tan frágil como en realidad es una burbuja. Me gusta agruparme para dormir. Me transmite seguridad  pero también cercanía. Nuestras distintas burbujas se rozan levemente. Me gusta salir después de cenar o por las mañanas,  y saludar a cada uno  en su idioma, aunque solo sepa decirlo en cuatro, y comprobar que pese a lo que indiquen las matrículas sobre nuestras procedencias -a veces parece la sede  la U.E.- todos compartimos un mismo o parecido proyecto y tenemos similares inquietudes y que el idioma, cuando reina entre nosotros un sentimiento de solidaridad, no es una gran barrera .

Los italianos...los mas adorables. Los alemanes...a veces resultan divertidos porque pese a su carácter frío y distante, cuando ven un español parecen deshacerse de  su apretado y rígido “corset” y  se explayan... y les da lo mismo si les entiendes o no. Les resultamos simpáticos y cercanos. Ellos hablan y hablan en salchicho, como diría nuestro hijo David y si ven que pones cara de haba cambian el chip al inglés, y si no, les da igual y pasan a acompañar su conversación con  las manos, los gestos...Y no deja de sorprenderme por qué entre ellos se comunican tan poco…Es curioso como desaparecen las fronteras, las nacionalidades, los estereotipos, cuando necesitamos comunicarnos...para pagar, por ejemplo, un simple parquímetro...

Pero hace ya dos noches que dormimos solos, así que tampoco podemos buscar apoyo en esta cercanía artificial. Pero con esto no deseo quejarme. Esta sensación de soledad es relativa y también es única y tardaremos mucho tiempo en encontrarnos así, pero echo de menos poder comunicarme en algún idioma que no sea el inglés o hablar por hablar y no solo para resolver algo (pagar un ferry, llenar depósitos de gas-oil o agua, usar una vulgar tarjeta de crédito  o encontrar algo...).

Y esto también  une o destroza una pareja. La convivencia es estrecha e intima. 24 intensas horas, siempre juntos y como nunca, uno depende del otro...Y fuera de nosotros y de esta burbuja artificial, lo que hay nos es ajeno. Y entonces, fugazmente, me apetece traer a este sueño de realidad a mis amigos, a mis hijos, a mi hermana, a mis padres...a los que quiero. Y compartir, y charlar, y contarles lo que siento .. y sobre todo, estrecharles fuertemente entre mis brazos ...pero no están aquí  y solo puedo hacerlo en mis sueños...Y me gustaría que se acordaran de mí como yo de ellos...alguno incluso podría o puede sentirse molesto si desde la distancia le llamo a mi lado.. Pero he de comprender que no todos sienten como yo y necesitan como yo. Y como dice Angel, el mundo no esta hecho ni funciona a mi medida y mis necesidades  de ahora no se corresponden con las de ellos. No puedo sacarles de su mundo para traerles al mío cuando yo quiera...pero ahora....me gustaría y no deja de dolerme cuando los quiero traer y ellos se resisten.


Sin dejar de lloviznar hemos tomado la E16 que ha descendido a un hermoso valle, el Vangsmjosa, encajado entre imponentes paredes. La temperatura ha subido apenas 3ºC. En Oye nos encontramos con una bonita iglesia, la Oye Stavkyrkje, pequeña, coqueta y con unas bonitas vistas al lago.

A la entrada nos esperaba Elisabeth, una noruega de personalidad fuerte, pero amable y simpática, ataviada con las ropas típicas. Cuando la decimos que somos españoles comienza a hablar en castellano. ¡Qué delicia!. Ha sido toda una sorpresa. Elisabeth superaba fácilmente los 70 años y es una vikinga  de sonrisa fácil y amplia, luminosa y alegre que  tiene una hija que trabaja en Jerez de la Frontera, como arquitecta ayudando a su marido, también arquitecto noruego. Ella adora España, pero confiesa que sobre todo envidia nuestro carácter comunicativo, cálido, expresivo y extravertido, tal cual somos nosotros. Dice que su hija es una estudiosa y amante de la cultura española. En fin, eso después de abonarla casi 7 euros por cabeza para poder ver el interior de la iglesia, que sinceramente, merece la pena, ya que tiene algunas características que no habíamos visto en las que cinco años atrás habíamos visitado.


Las que conocíamos tenían una única nave, pero en ésta el altar esta separado del resto accediendo a él a través de un arco y tiene colgado un crucifijo de madera del XI, aunque nos dice que la imagen  del cristo no se corresponde con la cruz, siendo posterior. Elisabeth se explica muy bien, mezclando frases y palabras en español con inglés.

Se esfuerza en hablar nuestro idioma, y eso yo lo agradezco enormemente a estas alturas del viaje y más en una persona de su edad que se maneja perfectamente en inglés. Nos enseña la pila bautismal, de madera, única en Noruega, donde bautizaban a los niños por inmersión completa aunque dice que de las casas traían las piedras calientes para calentar el agua. Nos cuenta cosas curiosas, como que  no había curas, que sencillamente los grandes señores les dijeron que tenían que construir una iglesia, pero ellos no sabían cómo, ni tenían medios, ni dinero. Así que utilizaron la misma técnica que para construir los barcos vikingos, usando únicamente la parte más alta de los pinos que crecen en las cimas de las montañas, que es la mas fuerte. Esto y la brea, es lo único que puede explicar que se hayan conservado hasta nuestros días. Ésta en concreto parece ser que permaneció enterrada debajo de otra más actual hasta que fue encontrada. El suelo y la parte inferior es original del siglo XII y el techo restaurado ya que posiblemente se utilizaron sus maderas para construir la posterior.


 A la entrada y en el exterior se quedan los símbolos vikingos relativos a sus dioses enmarcando la puerta de acceso. Nos enseña un corredor abierto en el que oían misa aquellos a los que no se les permitía la entrada que eran aquellos cuyas enfermedades no podían explicarse como parkinson o epilepsias y recibían la comunión por unos agujeros que se conservan en la pared.  

Nos confesó que éramos los primeros españoles que recibía en la iglesia, comentario que ya hemos oído en alguno de nuestros viajes. Al final nos relajamos e intercambiamos opiniones de todo tipo y debió disfrutar con nuestra visita por que llegaron otros visitantes a los que sencillamente no atendió prolongando su jornada en más de media hora.

Elisabeth es adorable, y siento por unos instantes que nuestros corazones se han tocado, así que al final nos hacemos unas fotografías juntas. Cuando nos las muestra Angel ella dice que ahí hay dos mujeres....y se atasca, por lo que yo utilizo el calificativo de “fuertes”, pero ella me corrige y utiliza otro aún más hermoso, dice que somos dos mujeres “felices”. Ambas tenemos razón, aunque creo que ella ha acertado más que yo. Nuestras caras irradian felicidad pero también fortaleza de espíritu aunque a veces esa apariencia de fortaleza oculta fragilidad y sensibilidad y resulta una buena protección. Pero también es un arma de doble filo...pero no es momento para estas reflexiones. Me pregunta mi nombre y me dice si equivale a angélica. Le digo que no, que es “ángel” y me pregunta con una enorme sonrisa si yo soy uno de ellos a lo que le contesto que no, que eso...es muy aburrido. Reímos juntas y nos despedimos, pero siempre llevaré su sonrisa en mi corazón.

Continuamos por la E16, estupenda carretera  que discurre junto a hermosos lagos que son iluminados tímidamente por la luz del sol que traspasa algunas nubes un poco menos densas. Entonces, y aunque sea sólo fugazmente,  los colores se iluminan y se intensifican, sobre todo los verdes y azules del agua. El aire es limpio y claro.

Empezamos a buscar un lugar tranquilo donde pasar la noche.Dejamos atrás Vang donde teníamos señalados un par de lugares que no son de nuestro agrado y nos encontramos en Lomen con otra señal de iglesia. No podemos resistirnos y dejamos la autocaravana en el aparcamiento destinado para ello, junto a otra italiana y ascendemos. Está ya cerrada pero encontramos una curiosa  peculiaridad: tiene campanario aunque apartado del edificio de la iglesia así que después de rodearla subimos, bueno, mejor, trepamos a él disfrutando de unas hermosas vistas sobre el valle.

Ahora si ya nada nos entretenía nuestro único objetivo sería encontrar un sitio de pernocta que hasta llegar a Fagernes no localizamos. Y es que ya hemos visto más de un lugar con señales de “no camping”.  No sabemos si es el sur del país solo, o Noruega está cambiando. De hecho, a escasos 50 metros, junto al río,  hay una señal de prohibición. Aquí  recibiremos la noche y nos prepararemos para acercarnos a la capital, a Oslo.

Cuando bajamos a explorar los alrededores descubro que la autocaravana lleva una capa de polvillo gris bastante densa desde las ruedas hasta casi la mitad. Parece que venimos de Islandia. Como dice Angel cada vez que exclamo algo sobre “la capa de mierda llevamos”: “es que somos exploradores...”.


Expulsados del paraíso. 
15 de julio. Lunes 

Itinerario: Fagernes-Crta 51 a Gol-Crta.7(la Hallingdal)-Oslo
Pernocta: Oslo . Aparcamiento junto estación de tren (N59.96872;E10.73414). Gratuito.
Kilómetros: 249

Cuando voy a cenar me doy  cuenta de que he calculado mal un medicamento. Y es que después de los 50 no solo los cuerpos se ponen tontos, sino también las cabezas. Llevo medicinas de todo tipo, menos la mía, hormonas.. Y lo peor, no creo que me las vendan. Así que decido ir tomándolas en días alternos y luego ya cada tres días. Intentaré que me las vendan aquí,  y si no en Dinamarca, pero difícil. Me enfado mucho conmigo misma. Estas cosas no me ocurrían antes y ahora no deberían pasarme. Yo creía que sabía contar más de quince...¡qué decepción!

Bueno cenamos y nos fuimos muy tarde a la cama, a eso de las 12 de la noche.

El día parece más amable que el de ayer y aunque está algo gris, de vez en cuando las nubes dejan ver el color azul del cielo. Y la temperatura ha subido a 15ºC, cosa que ayer, con 4ºC,  parecía imposible. Decidimos poner rumbo a Oslo por la  51 que en primer lugar se dirige a Gol para después tomar la 7 por la Hallingdal con rumbo directo a la capital,  siguiendo los consejos de nuestro guru particular Carhec y  deteniéndonos en aquellos lugares que nos resultaran interesantes. Pero antes debemos cargar y descargar agua e intentar comprar la progesterona.
                 
Para esto último, hacemos un primer intento en Fagernes. No resulta. Requiere receta. Pero insisto y en otro centro comercial lo vuelvo a intentar y creo que lo voy a conseguir. Le muestro la caja, les pido algo similar, ponen cara de haba, les digo que son hormonas, en concreto progesterona y me trae una caja que dice tener 0,5mg –yo tomo100 mg/día- y me fijo, y… menos mal!, porque resulta ser  por vía vaginal. Le digo que no, que es por vía oral y me dice que las hormonas  “to eat” son con prescripción médica así que mi gozo en un pozo. Luego comentamos juntos lo que la vikinga me quería colar: primero, parecido al chiste de los supositorios, el que se los comía y dijo indignado al médico que si pretendía que se los metiera por el culo…pues por ahí, por ahí. Y en segundo lugar, si la dosis diaria que tomo es de 100 mg, con lo que me vendía de 0,5mg hubiera necesitado ponerme....200!!!! en lo que hubiera invertido más de tres horas contando a uno por minuto. ¡¡¡Que vicio!!!.

Después de unas cuantas risas, proseguimos nuestro camino ascendiendo para luego circular durante bastantes kilómetros por lugares con escasa vegetación, lagunas, muchas ovejitas y casitas de madera. La carretera es muy transitada,  justa de ancho y con mal firme. Luego comenzó el descenso en pronunciada pendiente para terminar junto a un gran lago y discurrir a partir de ahora a orillas de otros mayores rodeados de densa vegetación. Bonita, pero después de los que habíamos visto días atrás, a mi me pareció una carretera algo sosa y aburrida.

Lo único que rompió la monotonía fue la visita que hicimos a un cráter donde había impactado un meteorito. Angel dijo que podría ser interesante así que nos desviamos unos 3 km, pagamos 10 eurazos cada uno, nos dieron una sencilla explicación en inglés a los cuatro que estábamos para terminar indicándonos un camino hacia el centro del cráter. Y allí nos encaminamos hasta llegar a un cartel que lo indicaba. Bueno, con un poco de imaginación y de fé, se ve, pero hacen falta ambas cosas...y a la vez.

Desengañados proseguimos nuestro acercamiento a la capital. Y nos damos de frente con un  Mcdonald’s, imagen que asocio con la posibilidad de  Wifi, así que entramos en su busca, pero todos mis intentos resultaron infructuosos. Y me fui mas cabreada que una mona mascullando que si en España y Francia, que somos más pobres, tenemos wifi en cualquier sitio, porque aquí no. O son más tacaños o están algo más atrasados en estos temas.

Tras descansar, reanudamos el viaje. Decidimos pasar la noche en el aparcamiento gratuito que había al norte de la capital, ya que el área, situada en el puerto, vale 27 eurazos y no íbamos a llegar  antes de las 18,30. Solo para cenar y dormir, así que pusimos las coordenadas. Anillo, “tunnelen” tras “tunnelen” y llegamos a lo que es  un gran aparcamiento al lado de la estación del tren de cercanías y junto a otra autocaravana más de una pareja de jubilados franceses. Y si no llega a ser por ellos nos habíamos ido porque, entre otras cosas,  comprobamos que el aparcamiento en cuestión  era una pista de autoescuela donde vienen a hacer prácticas, aunque también a hacer “trompos” y derrapes varios. Esto me ha decidido a irnos mañana al área para dedicar el día a la ciudad, centrándonos principalmente en el museo de los barcos vikingos y en Vigeland.


Resumen

Itinerario: Gaupne-Sogndal-Manneheller-Fodnes (Ardalsfjorden.Ferry: 99 Kr)-Ardalstangen- Eidsbubarden-Oye Stavkyrkje-E-16-Lomen-Fagernes-Crta 51 a Gol-Crta.7(la Hallingdal)-Oslo
Km totales: 486
Km acumulados: 4.241
Lugares de pernocta: 
Fagernes. (60º59´09.62"N;9º13´45.63"E)
Oslo. Aparcamiento junto estación de tren (N59.96872;E10.73414)



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