Soñando...
12
de julio. Viernes
Itinerario:
Voss-Gudvangen-Kaupanger (Naeroyfjorden. Ferry: 931Kr)-Hella- Dragsvik (Fjaerlandsfjorden. Ferry: 83 Kr)-Balestrand-Hoyanger
Pernocta:
muelle de Hoyanger (61º12’.89”N;7º6’04.48E). Gratuito.
Km: 151
Son las 19,45h. Mientras que escribo
estas líneas tengo frente a mí una pequeña entrada del fiordo de los sueños..
Estamos en el muelle de Hoyanger (61º12’.89”N;7º6’04.48E).
No hay ningún servicio. Tan solo unas espectaculares vistas al fiordo.
Y es en estos momentos cuando deseo traer
a todos los que quiero para estrecharlos fuertemente y con este abrazo,
transmitir la intensa emoción que me produce esta belleza.
Y sueño
despierta y reflexiono: no es posible atrapar la belleza de este país en unas
fotos. Tampoco recogerla en un relato. Ni siquiera transmitirla. Por eso me
disculpo.
A noruega hay
que venir con la mente abierta y el espíritu de un niño que es capaz de
sorprenderse de todo, de admirarlo todo alrededor, de sentir, de llorar y de reir
sinceramente y sin contenerse; de atreverse en cada curva de la carretera
porque no sabes lo que te vas a encontrar, de no rendirse al cansancio y de
navegar por la claridad de la noche o
entre la bruma de la lluvia siempre un poco mas allá...hay que venir en paz a
buscar la serenidad. Sin prisa...solo a disfrutar.
La noche ha
sido tranquila, como todas, no es ninguna novedad. Pero el día está gris. Una
capa de nubes cubre las cimas y lo entristece un poco. “¡Vaya por Dios!”,
pienso. Espero que el mal tiempo no se haya adelantado a las predicciones,
porque estos vikingos son bastante exactos.
Mientras
desayunamos pensamos en el día. Tenemos billete de ferry para las 17,30h, pero
¿y si llegáramos mas pronto, a tiempo de coger el de las 12,00h?. El navegador nos da hora de llegada a las 10. Mucho
tiempo de espera, aunque invirtamos parte de éste en acercarnos a la aldea de
Undredal.
Como nos lo
hemos tomado con tranquilidad, partimos a las 9 sin desayunar ya que a esa hora
hay que comenzar a pagar el aparcamiento. Ponemos rumbo directo a Gudvangen y
en el camino encontramos el aparcamiento de un supermercado, ideal para
desayunar y además, para satisfacer con tranquilidad nuestra curiosidad sobre
lo que comen y a qué precio. A las 10 ponemos rumbo definitivo por la
E 16 al ferry, pero
pasamos por una catarata que no tenía prevista ni me figuraba en los
mapas.
Paramos y,
como no, espectacular como todas. Creo
que el agua y la nieve, ha sido muy generosa también este invierno y en la
primavera con esta tierra, porque vemos como se descuelgan hilos, más grandes o
pequeños, más o menos espectaculares, por muchas paredes durante nuestros recorridos.
Y ésta se abre en cola de caballo saltando escaleras, lo que la hace
especialmente hermosa al contrastar el blanco de sus aguas que se precipitan
sobre el gris oscuro de la mole granítica por la que se descuelga.
Hemos
invertido solo 15 minutos y tenemos la llegada prevista a las 11,30. La luz del
día roza la perfección más absoluta y pasamos por un lago que es un espejo
reflejando todo lo que está a su alrededor.
No puedo resistirme y en lugar de hacer fotos desde la autocaravana en movimiento,
como hemos hecho muchas veces, me paro para disfrutar de encontrarme en el
centro de un mágico y espectacular escenario. Mire por donde mire, girando
sobre mí misma, lentamente….es belleza pura. Y me viene a la memoria la imagen
de un motorista que llevaba una cámara instalada en el casco y el recuerdo de
que alguien comentó que se había instalado una cámara en el exterior de la
autocaravana.
Y es que para
intentar captar algo de la belleza de este país habría que ir parando en cada
curva, en cada rincón y al margen de que muchas carreteras no ofrecen esta
posibilidad, el viaje se haría eterno, sobre todo si queremos extraer algo de
la esencia de esta perfección, absorberla y dejar que las emociones que
despierta su admiración campen a sus anchas.
El lago es un
espejo perfecto y refleja todo su entorno con lo que la belleza se duplica. Una
pequeña barca descansa sobre este mágico espejo y las florecillas de alrededor,
mecidas casi imperceptiblemente por una suave brisa, dan un toque de color y de
movimiento a este escenario de una belleza sobrecogedora, mire donde mire.
Y fotografío
aquí y allá y sólo cuando veo estas imágenes después creo que he conseguido
captar algo de esta belleza y de la
serenidad que produce su contemplación. Pero solo algo.
Continuamos
camino y entonces pensamos que aunque al reservar el billete ponía expresamente
que no se admitían cambios, deberíamos practicar mi filosofía de que el “NO ya
lo tengo” y preguntar. Así que cuando llegamos a Gudvangen vemos un ferry, mucho movimiento de autocares, y alguien con
uniforme a quien me dirijo. Me dice que ese ferry va hacia el tren de Flam y
que pregunte por el final de la fila que están los cobradores. Localizo a uno,
le enseño la reserva impresa del billete
y le pregunto si hay algún problema en partir en el de las 12,15h y sorprendentemente me dice que no, así que me da un ticket que debo
poner en el parabrisas. Genial!. Pero...me quedo sin visitar Undredal. Bueno,
todo no puede ser. Hay que elegir.
Mientras
esperamos en la cola, vemos como se “alimentan” los alemanes, ya entraditos en
años, de un autocar: cogen una salchicha gorda, la mojan en la mostaza que hay
en una bandeja de aluminio…y para dentro. Así, viendo esto,es fácil comprender
sus dimensiones a lo ancho y los “descolgamientos” cuando la Ley de la Gravedad y los años suman
sus fuerzas.
Quince minutos
antes de la hora prevista llega el ferry. Y comienzan a embarcar los autocares.
Dudo de que salgamos a tiempo, pero, una vez más lo consiguen. Angel se queda
cerrando la autocaravana y yo, corro a buscar un asiento porque el trayecto es
largo. Recolecto sillas una de aquí otra de allá.
Éste era otro
de mis sueños: navegar a lo largo del Naeroyfjorden, el fiordo mas estrecho del
mundo, que desemboca en el Aurlandstfjorden, espectacular fiordo que hace 5 años
vimos desde arriba, cuando recorrimos la Aurlansvagen ,
carretera de alta montaña que va de Laerdal a Aurland, localidades que son
unidas también por lo que es el túnel
mas largo del mundo y que aunque es una carretera estrecha y dura, es de las más
hermosas que hayamos podido recorrer por este país. Conecto aquí mi pasado con
mi presente y dos épocas distintas de mi
vida, cuando viajaba con mis hijos y veía la vida con otros ojos, y ahora, en
la que nos han abandonado y miro mi presente y mi futuro con otra perspectiva
muy distinta.
El ferry se
desplaza silenciosamente por el fiordo, pasa por lo que nos dicen que es su
punto mas estrecho y menos profundo (solo 12 m ) para continuar navegando entre
impresionantes paredes verticales por las que el agua en suaves hilos blancos, salta
al vacío precipitándose al fiordo. Me pongo muy contenta cuando compruebo que
nos van relatando el recorrido en varios idiomas, ¡incluido el español!. El
castellano va consiguiendo un lugar...por
fin, porque aunque hablen en inglés, alemán, francés e incluso el italiano, era
relativamente frecuente que faltara el castellano y siempre que he podido, me
he quejado de esto.
Vamos viendo
aldeas, o pequeños grupos de casas, algunas de las cuales carecen de carretera
por lo que el único medio para llegar es el barco. El paisaje es imponente y
aunque guardamos celosamente nuestras sillas, yo no paro, y me desplazo de
babor a estribor y de proa a popa, para
no perderme nada y llenar mis ojos con esta belleza…hasta que me desborde…
En poco más de
una hora salimos al Aurlandsfjorden y
seguimos acompañados por la espectacularidad de las paredes que flanquean
nuestro paso. Luego al fiordo de los sueños que nos recibe con un viento gélido
que hace que los turistas de proa abandonen sus sillas y éstas, ligeras, se desplacen libremente por la cubierta en un
fantasmagórico baile. Nosotros hemos ido sumando prendas, a modo de pieles de
cebolla pero el viento se hace desagradable. Pero en la popa se está un poco
mejor y aguantamos.
Ahora el ferry
navega por el ancho fiordo de los Sueños dirigiéndose casi a su fondo. Este fiordo, el más largo del mundo,
con 200 km
de longitud, es más abierto y aunque hermoso, como todos, no es tan
espectacular como el Naerofjorden al no tener esas paredes verticales tan pronunciadas
y tan cerca entre sí.
Continuamos
camino hacia Kaupanger y entablo una breve conversación con una pareja de
españoles que me dicen que viajan en coche alquilado. Mucho dinero para viajar así
por un país donde una barra de pan vale 3 euros, un litro de leche, 2 y el
litro de gas-oil está a 2 euros. Me llama la atención –y esto es ya un
“chisme”- la diferencia de edad entre ambos y no puedo evitar hacer conjeturas.
Por supuesto, y como suele ocurrir por desgracia para nosotrAs, ella es bastante más joven que él…
Y mientras que
hablo con ellos –bueno, mejor con él, porque ella no abre la boca- y por tan
solo un segundo, veo una foca que sale a la superficie para sumergirse rápidamente.
Aunque la busco, ya no vuelve a salir. Como no he podido evitar hacer una
exclamación y señalar el lugar, los que están a mi lado, aunque no entiendan lo
que digo, miran y buscan lo que ya no encontramos.
Otro regalo del viaje.
La suerte nos
acompaña, y por segunda vez...
Ahora, el sol se
ha escondido tras las cimas que recogen el fiordo y el fresco se cuela por la
puerta de la autocaravana que tengo abierta para no dejar de ver cada vez que
levanto la vista el fiordo de los sueños
a mis pies. Oigo saltar los peces de vez en cuando, aunque no consigo verlos.
Angel se queja de frío y me pide que la cierre. Yo me hago la loca y trato de
aguantar un poco más. En el muelle hay, como siempre, gente pescando. Si fuera
un deporte olímpico seguro que serían medallistas. Fiordo, lago o charco que
hay…noruego con su caña y todo el mundo coge algo.
Ahora, lo único
que oigo son los chillidos algo estridentes de las gaviotas y cuando cierre la
puerta, pondré música para disfrutar de esto...a tope absorbiendo belleza y serenidad
por cada poro de mi piel como si fuera una esponja, abierta a todo…
Regreso…Desembarcamos
rápidamente en Kaupanger y nos dirigimos
intuitivamente a la iglesia de madera. Aunque el navegador nos indica que
salgamos a la derecha, nos dirigimos a la izquierda y en pocos metros aparece
una señal que delata que no nos hemos equivocado.
Pequeña, en
comparación con otras que recuerdo de años atrás, pero todas sin excepción
tienen una belleza singular que las hace especiales y hermosas a los ojos del viajero.
Son casi las
15,00 horas y el hambre aprieta. Seguimos la carretera, la 5 en dirección
Balestrand. Es ancha y cómoda y circula a lo largo del fiordo de los sueños al
que llevamos siempre a nuestra izquierda.
La luz en
algunos momentos es estupenda y muestra postales de una gran belleza: el verde
intenso de los pastos contrastando vivamente con el azul oscuro del agua del
fiordo, enmarcado por cumbres que aun tienen rastros de nieve...Son imágenes
fugaces, que desaparecen en la siguiente curva, aunque tan solo se hayan recorrido unos
metros, para ser sustituida por otras.Y uno siente que se mueve por dentro de
un libro de postales o un calendario de paisajes cada cual más hermoso. Y
recuerdo también lo que decía Carhec, que la misma carretera recorrida en un
sentido es totalmente distinta a si la recorres en el otro. En fin, que sigo
intentando recoger en mis palabras algo de la belleza de este país, y sigo
disculpándome por que siento que no lo consigo.Y además, tampoco logro
saturarme, ni siquiera un poquito. Todo lo contrario: quiero más.
Paramos a
comer en el aparcamiento de un museo. Las vistas del restaurante de hoy son
espléndidas. El sol iluminaba los colores de las florecillas que entre el
verde, son mecidas suavemente por el viento que generoso, entra por la puerta
de la autocaravana llenándolo todo con su luz.
Más que las
carreteras estrechas me agobian los largos túneles, y antes de nuestro destino
de hoy, Hoyanger, atravesamos uno de 15 km . No hemos encontrado agua y aunque
tenemos, no me gusta ir justa. Si mañana no podemos reponer, tendremos que
buscar un camping donde hacerlo.
Son las
20,45 hay dos personas pescando y algún
que otro barquito que sale y entra de este tranquilo muelle. Mañana los
pronósticos meteorológicos no son buenos. Hasta hoy, hemos hecho lo que hemos podido
y hemos aprovechado también, lo que nos han dejado. Ya hemos comprobado como la
lluvia puede afear un paisaje y sabemos también como puede dificultar la
conducción, pero estamos donde estamos.
Paréntesis de inverno
14 de julio
14 de julio
No he podido
resistir la tentación. Demasiado fuerte y yo cada vez, soy más débil.
Son las 14,30h. Estamos en Tyinhomen cerca de un
sitio llamado Eidsbubarden del que
Carhec dijo que era un lugar al borde del lago Bygdin rodeado de “majestuosas
montañas y de naturaleza maravillosa”. Y atraída por esta descripción y
teniendo tiempo de sobra ya que vamos dos días adelantados sobre lo previsto,
nos hemos desviado unos kilómetros para comprobarlo.
Estamos en medio del invierno. La temperatura exterior es
de 4ºC .
Llueve y la poca gente que vemos sale con ropa de invierno, guantes incluidos. El lugar es espectacular. En medio de una
corona de cimas manchadas con muchos puntos de nieve y junto a grandes lagos y
lagunas. Hay casas, todas de madera, dispersas por esta impresionante
semillanura a...desconozco la altura, pero debe ser considerable por lo que
hemos subido y el frío que hace. La lástima es que la lluvia, que forma también
parte de este inhóspito paisaje, resta visibilidad y luminosidad a lo que debe
ser aún más espectacular sin nubes y con sol. Tenemos la calefacción puesta y
no deja de soplar y acompaño estas líneas con un té muy caliente. Estamos
sumergidos en el invierno.
Después,
cuando revisé las fotos pude comprobar que pese a la oscuridad, tenían una belleza
espectacular y no sé como, habían conseguido reflejar la dureza del paisaje y
devolverme de nuevo al invierno que durante unos minutos…disfrutamos. Porque
visto ahora, con la perspectiva del tiempo, haber contemplado esto con un sol
luminoso y en un día despejado habría sido un lujo, pero seguramente no hubiera
transmitido lo mismo que un día así, invernal, plomizo, triste, húmedo, frío…y,
pese a todo, MUY HERMOSO.
La fuerza y la belleza del agua.
13 de julio. Sábado
Itinerario:
Hoyanger-Vadheim-Hestad-Eikjlandsfossen-Forde-Huldefossen-La 13 . Gaularfjell- Dragvik-Hella (Ferry: 83 Kr)- Hafslo-Gaupne
Kilómetros: 254
Pernocta:
Gaupne (Aparcamiento centro comercial. 61º24.174N;7º17.673E). Gratuito
Antes de
acostarnos decidimos dar un paseo por la ciudad de Hoyanger.
Una vez más nos quedamos admirados de su forma de ser, que para nosotros es
envidiable. Vimos juguetes de niños que habían dejado sobre la arena para continuar jugando con ellos al día
siguiente. Pero lo que más nos sorprendió fue contemplar una sierra profesional
en una casa que estaban construyendo cuyo valor rondaría los 1000 euros. La
habían dejado allí, casi en la calle, para continuar trabajando al día
siguiente. Supongo que ellos no comprenden algo tan evidente como es que
alguien pueda coger lo que no es suyo. También observamos grupos de viviendas o
urbanizaciones en los que no había ningún tipo de valla que separara unos
jardines de otros. Eran comunes. De esa manera el espacio era abierto. Pero en
cuanto a esto, no creo que me gustara
ver y tener tan cerca a los familiares y
amigos de mis vecinos, aunque reconozco que estéticamente es mucho más bonito.
Y por fin pude fotografiar la forma ingeniosa en que los noruegos transportas sus cañas de pescar.
Después de este breve paseo, y vencidos por el cansancio, nos fuimos a dormir.
Después de este breve paseo, y vencidos por el cansancio, nos fuimos a dormir.
Y se
cumplieron los pronósticos meteorológicos: mañana gris y si bien por la noche
había llovido, ahora el cielo había decidido no derramar su líquido elemento.
Salimos de
Hoyanger por otro túnel. Parece que esta ciudad está entre “túnel y túnel”. Continuamos
junto al fiordo de los sueños, disfrutando de sus vistas. En Vadheim pusimos
rumbo Norte hacia Forde, aunque nos desviamos antes para ir a Hestad donde
había una bonita iglesia de madera que encontramos justo en medio de dos
hermosos lagos.
De más de 10 metros de largo, data
del siglo XIX y fue hecha a partir de materiales recuperados de otra. Pero curiosamente
lo que nos pareció más hermoso fue la imagen de un pequeño barco descansando
sobre las aguas del lago, imagen que era
a su vez reflejada como si fuera un espejo casi perfecto.
Y en nuestro camino hacia este lugar empezamos a disfrutar
de la que sería la primera cascada de toda una serie de ellas, la Eikjlandsfossen.
Nos impresionó la fuerza y la cantidad de agua que llevaba y
ambos nos miramos para decirnos que era imposible que un salmón pudiera subir
eso...y todo para cerrar un círculo que terminaba con su propia muerte después
del apareamiento. Luego hice el chiste
fácil: un polvo de muerte.
Deshicimos el
camino tomando de nuevo la E 39
hasta Forde donde llenamos el depósito de gas-oil en una gasolinera atendida
por “personas humanas”. Antes pregunté si tenían agua para llenar nuestro
depósito. La joven que atendía la gasolinera me miró con cara de haba y llamó a
su compañera. Ésta me entendió y me mostró una enorme manguera enrollada en un
carro con ruedas. El tamaño era compatible con el de una manguera de bomberos,
pero no estábamos como para poner “peros”. Pero el “pero” apareció a modo de un
impresionante chorro de agua que teníamos que apuntar hacia el agujero del
depósito de la autocaravana entrando tan solo una parte derramándo se el resto,
así que no tuve más remedio que pedirla el favor de que disminuyera la presión,
si eso era posible. Y afortunadamente lo fue. Conseguimos llenar nuestro depósito
en menos que canta un gallo. Lástima de fotografía porque visto ahora el carro
y la enorme manguera producen cierta hilaridad.
Continuamos nuestro
camino y encontramos la segunda cascada, la Huldefossen
(61º26.094N; 5º58.980E). Dejamos la autocaravana en un espacioso y cómodo aparcamiento
y dimos un agradable paseo campestre entrando por un prado donde pacían tranquilamente las vacas.
Espectacular caída de agua, como todas. En nuestro camino tan solo nos
encontramos con una pareja lo que lo hizo más agradable.
De regreso dedicamos
unos minutos a pensar qué hacer, si seguir el consejo de nuestro amigo Carhec
de hacer la carretera 13 por Gaularfjell que anunciaba en nuestro mapa unos 20 km por “estrecheces”, o,
dado el mal tiempo del que disfrutábamos, en Mostkog continuar por la E 39 hasta Kjosnes y luego bajar
por la 5.
Sin tomar una decisión
definitiva nos pusimos a comer para disfrutar de un descanso después, intervalo en
el que pudimos comprobar que el cielo había mudado algo su color, y de un gris
oscuro amenazante, había pasado a un gris algo más claro y con más luz, por lo
que nos dirigimos a Moskog y allí, sin pensarlo mucho, tomamos la 13 la
Gaularfjell.
Y realmente la
carretera resultó ser espectacular. Desde estas líneas, mi agradecimiento a
nuestro amigo Carhec (Rafael) que pacientemente nos ha ido dando uno a uno
consejos sobre rutas a tomar. Éstos me han ayudado a elaborar una ruta y me ha
facilitado enormemente la búsqueda de información. Él nos ha precedido por
muchas de estas carreteras, y gracias a su experiencia y su generosidad hemos
ganado tiempo y disfrutado más de las cosas. Gracias de siempre.
Esta carretera
de montaña, con buen firme y en general sin muchas “estrecheces”, es una
belleza. Discurre por paisajes salvajes de una dureza en invierno difícil de
imaginar. Luego llegamos al paseo de las cascadas. Leí que el “Fossestien” es un camino de varios kilómetros que
sigue la rama principal del curso de agua del Gaular y que se puede empezar en
cualquier punto. Hay cuatro lugares organizados con señales y carteles, mapas y
zonas de aparcamiento que van uniendo cuatro principales cascadas: la Tornsnesstolen ,
Longestolen, Likholefossen y Eldal. Nosotros nos detuvimos en lo que debía ser
la primera, en un aparcamiento junto a la carretera. Un puente nos pone encima
de ella, pero decidimos descender un poco por la carretera para disfrutar de su
vista desde abajo. Una vez más, nos sobrecoge la fuerza del agua que parece
derrochar su poder blanco por los recovecos que puede.
Si bien
durante todo el camino es fácil ver como hilos de agua se precipitan al vacío
por paredes graníticas casi verticales, no causa la sobrecogedora impresión de ver tal cantidad
de agua y con esta potencia desplazándose vertiginosamente hacia su final.
Realmente nos hace dudar de que haya alguna fuerza que sea capaz de contenerla.
Continuamos
nuestro camino y aparecen más señales de cascadas, pero ya...estamos algo
cansados o mejor dicho, la palabra correcta quizás sería “saturados” de cascadas
y a cada cual mas hermosa, mas bella, mas fuerte, mas sobrecogedora....así que
continuamos hasta coronar no sin antes haber sumado el “sorteo de ovejitas” a
la ya de por sí entretenida carretera..
Arriba nos
espera un cómodo aparcamiento donde nos asomamos al otro lado. Y me entra la risa floja: una serpenteante
carretera con varias curvas que cambian de sentido desciende hasta el fiordo.
La temperatura ha bajado hasta los 8ºC .
Iniciamos el descenso.
Como dijo Angel, la carretera parece entretenida. Pero en poco tiempo hemos
terminado, bordeamos el fiordo y sin darnos cuenta nos encontramos en Dragvik,
en el ferry rumbo a Hella, otra vez, para tomar la carretera 55 recorriendo en
sentido contrario el fiordo de los sueños hasta Sogndal y buscando ya
desesperadamente un lugar tranquilo donde pasar la noche, lugar que no
encontramos.
Decidimos subir
a Hafslo por la turística 55, donde teníamos anotado un posible lugar de
pernocta. Pero antes probamos suerte en Solvorn, desde donde parte el ferry
hacia Urnes pensando en su muelle, pero después de bajar nos encontramos una
bonita señal de prohibición para autocaravanas y lo mismo en un pequeño aparcamiento
junto a su iglesia. Así que nos “sacudimos el polvo” y hacia Hafslo. Pero el
lugar indicado era un punto de información en medio de la carretera, solitario,
así que algo desesperados, decidimos continuar hacia Gaupne donde, una vez más,
nuestro amigo Carhec tenía anotada una pernocta en 61º24.174N;7º17.673E, junto
a un centro comercial. Y allí llegamos cerca ya de las 21 h. Agotados, cansados
y enojados....
Recorrido: Voss-Gudvangen-Kaupanger (Naeroyfjorden. Ferry: 931Kr)-Hella- Dragsvik (Fjaerlandsfjorden. Ferry: 83 Kr)-Balestrand-Hoyanger-Vadheim-Hestad-Eikjlandsfossen-Forde-Huldefossen-La 13 . Gaularfjell- Dragvik-Hella (Ferry: 83 Kr)- Hafslo-Gaupne
Km totales: 405
Km. acumulados: 3.755
Lugares de pernocta:
Muelle de Hoyanger (61º12’.89”N;7º6’04.48E). Gratuito.
Gaupne (Aparcamiento centro comercial. 61º24.174N;7º17.673E). Gratuito
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Resumen
Km totales: 405
Km. acumulados: 3.755
Lugares de pernocta:
Muelle de Hoyanger (61º12’.89”N;7º6’04.48E). Gratuito.
Gaupne (Aparcamiento centro comercial. 61º24.174N;7º17.673E). Gratuito
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