2.2. EL SABOR DEL AGUA

Las cascadas. 
10 de julio. Miércoles

Recorrido: Halandsosen-Crta 13. Sand-Ropeid (92 Kr. Hylsfjorden)-Sauda-Svandalfossen (59º37’30”N;6º17’31.71”E)-Crta. 520-Roldal- E134 (Dyrskar)-Crta. 13 al  Norte-Latefoss-Odda
Pernocta: Frente al area de Odda (60º4’15”N;6º32’49”E)
Km: ??

Rumbo por la 13 a Sand para tomar el ferry hasta Ropeid y ascender por la 520 hacia Roldal...a la que temo en su  último tramo.

En Sand vemos anunciado en la carretera la escalera de salmones, una especie de centro de interpretación del salmón junto a una cascada por la que deben de subir los salmones en la época adecuada porque ahora, no vemos ninguno. Dejamos la autocaravana aparcada en la zona habilitada para ello y damos un paseo tratando de acceder a la orilla del río donde vemos gente pescando, pero no lo conseguimos, aunque si encontramos un pequeño aparcamiento totalmente plano  y que parece ideal para pasar una noche. El centro esta cerrado y no abre hasta las 11h para lo que aún falta una hora. Demasiado tiempo de espera. Vemos que uno de los pescadores ha conseguido pieza y esperamos, pero al final...la pierde. A mi me da pena. Me hubiera gustado verlo, pero Angel dice que se alegra. La verdad es que bien mirado, estos pobres animales que nadan contra la tremenda fuerza de la corriente y salvando obstáculos que a nosotros nos parecerían imposibles solo para cumplir con su ciclo vital, produce cierto respeto y admiración.

Continuamos hacia el ferry y nos ponemos a la cola. Veo una señal de oficina de información turística, y pienso que puede haber wifi así que cojo el ordenador y me dirijo a ella. Necesitamos reservar el ferry que va de Gudvangen a Kaupanger para el sábado por si acaso tenemos problemas. Pero la señal parece llevarme lejos y el ferry está a punto de venir. Descubro un sitio estupendo donde parece que han pernoctado varias autocaravanas. Está a la derecha del muelle de embarque y tiene unas preciosas vistas al Hylsfjorden.  ¡Vaya! Y tan solo distaba 20 km de  Halandsosen.. Este era mejor sitio, pero donde habíamos pasado la noche tampoco estuvo mal.


El trayecto del ferry dura 15 minutos  dejando atrás el Hyklsfjorden  y abriéndose paso hacia  el Saudafjorden. Pero consultando un mapa veo que el  Hylsfjorden tiene continuidad con el Vindafjorden por lo que la vista es espléndida y disfrutamos de ella pese a un aire frío que nos encoge. Estamos rodeados de hermosos fiordos, miremos por donde miremos. A la belleza del paisaje se suma la luminosidad del día. La lluvia de ayer parece haber limpiado el aire y los colores son vivos e intensos. Toda una belleza y una delicia para los ojos. Respiro profundo y trato de absorber en este breve instante todo lo que veo y siento.
 Las 520 pone rumbo a Sauda a lo largo del Saudafjorden que lo vamos dejando a nuestra derecha  Circulamos a media ladera dejando a nuestra derecha las paredes imponentes y verticales que lo encajan. Las vistas son espectaculares, la luz, perfecta...y la belleza....única., aunque dentro de pocos kilómetros volveré a decir esto mismo. Así es Noruega.

Aquí cada curva descubre una imagen de postal, cada rincón es mágico y la capacidad de sorprenderte es inagotable. Viajar por Noruega es saltar de una belleza a otra, casi sin tiempo de haber procesado y almacenado la anterior. Hay que venir con la mente abierta, desprenderse de temores, de límites, de todo lo previsible, atreverse y entregarse a su belleza.

Llegamos a lo que sería nuestra primera cascada, la  Svandalfossen (59º37’30”N;6º17’31.71”E) en la misma carretera. El aparcamiento es pequeño, pero tan solo hay dos turismos aparcados... y dos bicicletas pintadas de colores con flores y un cartel que dice que si las vemos secas, les echemos agua. Una buena  demostración de la sensibilidad del pueblo noruego. Saben lo que tienen, lo valoran y lo cuidan con mimo.


Unas escaleras de hierro y luego otras en piedra ascienden paralelas a la cascada, de la que se pueden ver tres tramos. El primero de ellos desde casi la misma carretera, y luego los dos siguientes exigen que se suba una pronunciada pendiente, pero merece la pena, no solo la segunda, sino esforzarse un poco más para  ponerse casi debajo de la tercera, la mejor caída de todas.

Nuestras piernas notaron el ejercicio que realizamos  dos días antes en la subida al Preikestolen, pero aunque exige, su duración es breve.


Junto al tercer  tramo y prácticamente debajo de ella, nos cuesta despegar nuestros ojos de esta hermosa cascada que se abre en abanico derramando toda su belleza y sobrecogedora fuerza. El estruendo que hace al precipitarse ladera abajo suma intensidad a lo que contemplamos.

Ahora ponemos rumbo a Sauda, a la oficina de turismo de la que tengo la dirección para intentar conectarnos a Internet y hacer la reserva del ferry.

Nos resulta difícil encontrarla y tenemos que preguntar. Esta frente a una gasolinera que tiene buen precio en el gas-oil, aunque su equivalencia en euros sea casi a 2 por litro. 80 euros llenar MEDIO DEPÓSITO. Dos tipos de gas-oil...a preguntar otra vez. Nos dicen que el que empieza por p....(lo asociaremos a personal) el otro es para camiones.

Y de la oficina de turismo nos envían a la biblioteca y aquí intentamos la conexión desde el aparcamiento, pero no lo conseguimos y nos vemos obligados a subir y a contarles nuestra vida. Nos dan el nombre y el pasword, nos envían a un rincón de mesas minúsculas y nos dejan tranquilos. Conseguimos conectarnos pero antes miramos las previsiones meteorológicas para Gudvangen el sábado y oh! nuestro gozo en un pozo. Se prevé lluvia, y el domingo también y… el lunes, y el martes… Parece que el buen tiempo nos acompañará hasta el viernes para acabarse aquí.

Pagar casi 100 euros, si no son más, por hacer un trayecto metidos dentro para protegernos del agua....va a ser que no. Nos planteamos la posibilidad de llegar el viernes a las 17h. Posiblemente lo consiguiéramos, pero no quiero dejar de ver cosas por llegar a tomar el ferry o sumar presión, así que decido contarles mi vida por e-mail pidiendo que me acepten la reserva sin abonar importe alguno, como el ferry del fiordo de la Luz. El “no” ya lo tenemos. Si llegamos el viernes a las 17 horas y hay sitio, estupendo, si no...habremos hecho lo que hemos podido

Terminada nuestra tarea, decidimos afrontar  la 520. Me armo de valor y conduzco yo. Ya en el mapa que llevamos figura el tramo final como “muy estrecha” con dos banderines rojos que podrían delimitar fácilmente más de 25 km.

Ascendemos por una sinuosa y estrecha carretera encajonada entre una pared vertical  y  un río de aguas bravas. Nos encontramos con una máquina que siega la hierba de las cunetas. Lo que faltaba. Permanece parada y en ningún momento nos ayuda. Ni siquiera lo intenta. Así que muy despacio sacamos el morro para mirar y…¡Susto!: aparece una furgoneta...menos mal que venía despacio. Pasamos este aparato del diablo y a su “encantador” operario  jurando en hebreo y continuamos. Hay sitios donde no hay visibilidad, pero hay apartaderos por toda la carretera. Concentrados y casi sin darnos cuenta, llegamos arriba.

Las vistas son espléndidas: lagos y lagunas glaciares, agua, verde, nieve...precioso. Un paisaje salvaje  de alta montaña pero de gran dureza, donde la única vegetación que hay es la del suelo. La carretera ahora circula por amplias planicies, como casi siempre, flanqueada por estacas  de varios metros de altura a ambos lados, suponemos que para medir la altura que alcanza la nieve, aunque este tipo de carreteras son cerradas en invierno y se abren en primavera. Recordamos esto de la otra vez que viajamos por Noruega: ascensiones duras y breves para luego circular durante muchos kilómetros por carreteras que se estiran rectas por planicies peladas para luego comenzar de nuevo un descenso corto y duro. Nos cruzamos con turismos, autocaravanas, pero nos vamos viendo y cediendo el paso sin mayor dificultad.

La carretera ha resultado una preciosidad. Es otra cosa que me gusta de Noruega: como se pasa de la suavidad y espectacularidad de los paisajes del fondo de los fiordos, a la dureza  de los de alta montaña, como se cambia en pocos kilómetros de un fiordo encajonado entre inmensas paredes, por las que se descuelgan cascadas,  a lagos, lagunas e ibones que son alimentados por pequeños y bravos arroyos y que salpican un paisaje casi llano, agreste y duro alternándose con manchas de nieve que a estas alturas del verano, permanecen casi inmutables.

Y comenzamos ahora a descender ha Roldal. A nuestros pies se abre un lago bordeado de inmensas moles de montañas. Como decía antes...de una belleza a otra. Y ninguna es mejor o peor, sencillamente son distintas. Lagos o lagunas de alta montaña, ríos bravos, cascadas que se precipitan al vacío, fiordos, enormes lagos encajados entre cimas espectaculares...todo, todo tiene su belleza especial y particular. Pinos, abetos, abedules, robles, hayas....flores de distintos colores que pueblan las cunetas, toda la gama de tonos verdes....todo se conjuga para hacer de Noruega uno de los países más bellos que he visitado.

Ahora haremos un trozo de la  E134 (Dyrskar). En un principio hemos pensado ir hasta Haukeligrend y volver. La carretera es estupenda. Casi una autopista después de la de esta mañana y es transitada por enormes camiones. Asciende vertiginosamente  atravesando túneles, uno de ellos de 15 km, hasta llegar a una hermosa planicie salpicada de manchas de nieve y de lagunas glaciares. No obstante creo recordar haber leído a Carhec que en algún momento de sus viajes le desviaron por una carretera secundaria  y el paisaje le entusiasmó. Y recordé entonces la Aurlarvagen. El túnel que salva esta carretera –el más largo del mundo- no tiene nada que ver con lo que hay arriba, una auténtica maravilla, así que me siento tentada. No obstante, no me aparece ninguna carretera alternativa en los mapas que llevamos,  aunque sí en el navegador cuando ampliamos mucho la imagen, y parecen salvar estos túneles. Pero hay varias. Esto aumenta nuestra indecisión: no sabemos qué carretera será ni en qué estado estarán, ni donde nos llevará. Solo intuimos. Le sugiero a Angel la posibilidad de elegir y aventurarnos por alguna y al principio lo duda, pero luego con seguridad dice que no, así que continuamos nuestro camino por la E-134.  Y es que parece que aunque una carretera sea hermosa, como lo es ésta, el hecho de que sea tan transitada y tan “fácil” parece que le resta, a nuestros ojos, cierto encanto y buscamos algo más…

A nuestra derecha, junto a uno de estos lagos que salpican el paisaje, vemos un grupo de casas negras y muchos turismos aparcados, por lo que decidimos asomarnos. Se trata de un pequeño núcleo de  preciosas viviendas de madera untadas de brea y que parecen antiguas. Han montado restaurantes y una oficina de información.

Continuamos pero decidimos no llegar hasta Haukeligrend y nos dándonos la vuelta cuando habíamos hecho unos 25 km de los 50 que teníamos previstos. El paisaje se había suavizado y las lomas peladas y salpicadas de nieve y lagos habían dejado paso a otras zonas donde los abedules  y otras especies arbóreas comenzaron a aparecer. Así que cuando llegamos a lo que parecía una estación de esquí, nos dimos la vuelta poniendo rumbo a Odda, donde teníamos localizada un área para pernoctar.
 La carretera 13 de Rolda hacia el Norte es también, y como no, una belleza. Asciende entre ríos y cascadas para luego descender y llegar a la Latefoss, una cascada doble espectacular en la misma carretera. No deja de sorprenderme la fuerza y violencia del agua a la que se suma el ensordecedor  ruido que produce en su caída. Pero unos 100 metros antes de ésta habíamos visto otra en el otro lado de la carretera, así que imitando a una familia y aprovechando la escasez de tráfico, subimos para admirar esta otra maravilla, que si bien no es tan espectacular como la Latefoss, no deja de ser muy bella.

Y seguimos la carretera que discurre paralela la río, casi llana y encajada entre paredes por las que sigue descolgándose el agua en  cascadas, disfrutando en nuestro camino de dos más

Llegamos a Odda, al fondo, junto al fiordo   Sorfjorden, el fiordo de los Sueños. Parece una población grande o al menos la de mayor tamaño después de Stavanger. Seguimos las indicaciones del navegador buscando el área y  nos llevan al puerto a un lugar  que parece que aún estén terminando. Es una explanada junto al mismo fiordo de los sueño. Las vistas son bonitas, pero no me gusta el asfalto sobre el que están.  No obstante nos acercamos a curiosear y nos  damos un susto: 21 euros solo por la luz. Las plazas son grandes y se pueden sacar mesas, sillas. La vista buena, pero sólo es eso, y además es cara. Decidimos buscar otro sitio y justo de frente a escasos 100 metros vemos un grupo de tres autocaravanas aparcadas. No hay señal alguna de prohibición así que allí nos instalamos. Tenemos el fiordo frente a nosotros, aunque la distancia es mayor, pero el precio infinitamente menor. Yo diría que incluso…barato.

No encontramos el agua pero tenemos al lado una autocaravana italiana y los italianos saben más que los ratones colorados, así que les preguntamos y nos dan una completa información. Gracias a ellos, porque si no, no habíamos sido capaces de encontrarlo ya que estaba algo escondida.


El pasado nos atrapa
11 de julio. Jueves

Recorrido: Odda-Agatunet-Utne-Jondal- Steinddalfossen- Northeimsumd-Granvin-Voss
Pernocta:Voss (aparcamiento junto al lago):60º4’15”N;6º32’49”E. Gratuito de 17 a 9h
Km:173

Estamos en Voss. Hemos parado, ¡oh milagro!, a las 18,30h. Parece que cerca no hay un sitio mejor. Estamos junto a un lago, en un aparcamiento grande.

El día de hoy ha sido algo duro, pero ha ido saliendo todo bien. Hemos empezado en la oficina de turismo. Mientras desayunábamos hemos pensado que podríamos llegar al ferry de Gudvangen para mañana a las 17,30, pero necesitábamos reservarlo. Después de cargar y descargar agua, y cuando salíamos ya de Odda hemos visto un cartel de Oficina de Turismo y me he bajado a preguntar si tenían wifi. Respuesta afirmativa, así que de vuelta a la autocaravana a coger el PC ya que es aquí donde tengo todos los enlaces para acceder directamente a la reserva sin tener que buscarlo, que me puede resultar más complicado.

El joven que atiende la oficina es un guapísimo noruego rubio, alto, delgado, ojos azules, y con una sonrisa que le ilumina la cara…en fin…buen ejemplar de vikingo. En general l@s jóvenes norueg@s son guap@s pero luego, no sé si por las cervecitas y las salchichas, se echan a perder y a partir de cierta edad…barrigudos.

Me concentro y afronto mi primer problema: encontrar el nombre de la red. Le pido ayuda pero él no comprende el castellano, por lo que tocando aquí y allá, nos cargamos el wifi del ordenador. Pero trasteando entre los dos conseguimos restablecerlo. Bueno, no está nada mal.

Ahora doy con el segundo. Entro en la página, elijo el inglés (gracias!… porque el noruego es un idioma del diablo)  y voy introduciendo los datos.¿Un adulto o dos?. En la mayoría de los casos el conductor está incluido en el vehículo pero aquí no dice nada. Pregunto a mi “handsome boy” y dice desconocerlo pero compruebo con felicidad  que cuando describe el vehículo incluye el conductor. Sigo...llego a los datos bancarios, me pide el usuario y...me quedo en blanco, el terror de todo estudiante ante un folio en blanco. La cuenta con el Evobank la había abierto una semana antes de salir de viaje. Me dijeron cual era mi usuario, pero…Me concentro y...-a veces no hay nada mejor que cierto grado de tensión para que todo salga fluido- y lo consigo. Introduzco el dato y luego el PIN.  Ahora tengo que recibir un SMS con las coordenadas... y contengo la respiración…llega. Lo pongo y estoy finalizando. Pero abajo aparecen tres ventanas...¡en noruego!. Tengo que preguntar al “rubio” sin que se me caiga mucho la baba y rápidamente me saca de dudas. Menos mal. Me dice que está todo correcto pero que debo imprimirlo. ¡Qué risa!. Pues no sé cómo. Así que con el ordenador en la mano, otra vez al vikingo buenazo –me voy convertir en su pesadilla- y me dice que se lo envíe por  e-mail. ¡Joddd...!!! y ¿cómo?. Copio-pego-adjunto...y mientras espero a que atienda más gente ya que está muy solicitado, veo que abajo del todo aparece un mensaje que me dice que puedo poner mi dirección electrónica para enviármelo. Genial, que este “quesazo” escriba la suya y ya está. Espero a que termine, se lo digo, la escribe, se lo envío, lo abre y lo imprime. MÁGICO. Concluido. Pero un proceso complicado. Mucho. Parece casi una operación de cirugía. Casi imposible para extranjeros y así se lo digo dándome la razón.

Me viene a la memoria haber leído que aquí es relativamente fácil encontrar wifi  abierto. Pues mi experiencia es la contraria. Exceptuando el primer sitio que en medio de la nada disponía de conexión, durante el resto del viaje, incluyendo Oslo, no encontramos ninguna red abierta, incluso en aparcamientos del McDonald’s.

El proceso ha durado casi una hora. Ahora ya me empiezo a relajar. Me he peleado con el ordenador, con la página, con el noruego, con el inglés....pero todo ha salido bien y aun no sé cómo, pero realmente ha ido rodado. Parece que soy capaz de manejarme en inglés mejor de lo que yo misma me creo. O quizás es que no tengo ningún sentido del ridículo y me da lo mismo si al construir una frase uso el 1º ó el 2º  condicional o si  hablo un  “proper english” o no –tampoco he tenido la oportunidad de aprenderlo “apropiadamente”-  porque lo que no voy a conseguir ya nunca en mi vida es …pensar en inglés… y lo que hago es traducir, y de ahí mis mayores problemas y errores, a los que sumo otros. Pero el objetivo, que es comunicarse, lo consigo. Hago lo que puedo, que creo que es bastante, aunque no cejo en mi empeño de seguir aprendiendo este idioma endiablado con el que me peleo mucho…pero …con tal de hablar.


Por la 550 ponemos rumbo Norte a lo largo del Sorfjorden que vamos dejando a nuestra derecha. Las cimas a este lado del fiordo son elevadas, pero nuestra carretera discurre suavemente hasta  Agatunet  lugar del que tengo anotado que es “muy pintoresco”. Un poco después aparece un aparcamiento donde dejamos la autocaravana para  acercarnos andando.

Y realmente el sitio es de lo más que pintoresco. Colgado de la ladera sobre el fiordo y rodeado de árboles frutales, principalmente manzanos que cultivan con primor. Es un conjunto de casas de madera, pequeñas, coquetas, rodeadas de  encantadores jardines repletos de flores. La mayoría están asentadas sobre pilares de piedra similares a los hórreos gallegos, incluso hacen algo que les hemos visto hacer a ellos: tender la ropa debajo o usarlo de almacen. A 3000 km de distancia y todo tan parecido...Disfrutamos de un delicioso paseo en un día que, aunque se despertó gris, se va abriendo pese a que todavía hay nubes que se resisten a disolverse y descansan a media ladera dando un toque extraño, quizás ¿onírico?  al fiordo de los sueños.

Continuamos nuestro camino hasta la siguiente parada prevista, en Utne donde tengo anotado que hay un museo al aire libre, el Hardanger Filkemuseum, al final del muelle donde se embarca para el ferry (60º25’33”94N;6º37’07.69”E). Tenemos especial debilidad por este tipo de museos que consiguen mostrar de manera muy gráfica y agradable como era la vida de estas gentes poco tiempo atrás, conservando no solo las viviendas, sino el mobiliario y los utensilios en su vida diaria, así que no podemos resistirnos a ellos. Ahora la carretera, que antes se dibujaba por la ladera de la pared del fiordo, discurre a ras de él.

Dejamos la autocaravana aparcada en el muelle y seguimos hasta el final. Un camino asciende por la loma hasta un edificio nuevo donde un cartel nos indica la venta de tickets y otra el museo al aire libre. Entramos y nos cobran 10 euros a cada uno. Nos explica lo que hay en el interior de la casa y donde se encuentran luego las viviendas de este museo.

En la primera planta del edificio tienen a un lado objetos de artesanía típica y diferentes instrumentos musicales. Pero lo que más  me sorprende es ver un rincón con unos cómodos sillones, un equipo de música y unos cascos frente a unos enormes ventanales que se abren mostrando  unas vistas impresionantes al fiordo. Desde luego saben aprovechar lo que tienen. En el otro lado hay una exposición de una pintora, suponemos que del lugar y que nos gusta. Y en la planta superior invitan a tomar un café. Es un rincón con “encanto” ya que es como una enorme cocina con sillas y mesas  dispuestas a lo largo de enormes ventanales  con vistas al fiordo. Una  bonita terraza  colgada donde se disfruta de un hermoso sol y, como no, de espectaculares vistas, remata este lugar. Hay que decir que en muchos sitios te invitan a café pero aunque sea invitación y se lo tenga que hacer uno mismo, se tiene que pagar. Como no somos muy cafeteros estos lugares no  llaman especialmente nuestra atención.

Dejamos atrás el edificio para encaminarnos ladera arriba al museo al aire libre. Allí disfrutamos de las diferentes viviendas que conforman este poblado especial  y que contienen todos sus instrumentos y herramientas que nos hablan de la vida de estas sencillas gentes.  No son más de media docena de casas, pequeñas y  dispuestas a lo largo y alrededor de un prado verde de hierba en un entorno muy agradable. Todas tienen una pequeña entrada o distribuidor, por sencilla que sea la vivienda, suponemos que para dejar las ropas de abrigo o agua. Curiosa la escuela que conserva aun las láminas originales, un ábaco, lapiceros,...y que contiene lo que fue la vivienda del maestro, realmente una habitación.

De regreso me entretengo en un cerezo que tiene algunos frutos que pintan ya de color rosado. Descubro que aunque no estén rojas  están dulces y me doy un pequeño banquete.

(Bueno, pues aunque estábamos solos en este aparcamiento de Voss, se está volviendo un lugar concurrido y acuden más a hacernos compañía. Es curioso como los aparcamientos se transforman durante la noche y son “tomados” por autocaravanas,  agrupándonos para dormir).

Dejamos atrás el museo para tomar ahora la 550 hasta Jondal. Vemos que muchos turismos y autocaravanas esperan el ferry en Utne y pocos van a esta carretera. Enseguida podemos comprender el motivo, y es que si en su inicio el ancho es suficiente, comienza a estrecharse hasta que solo cabe un solo vehículo aunque tiene zonas mas anchas o como yo llamo, apartaderos ó passing place.

Transitamos entre frutales, manzanos y cerezos, y en un punto determinado vemos un puesto en la carretera con cestitos de rojas y apetitosas cerezas. Un cesto 40 kr (5 euros) y  no pesará más de  medio kilo. Una barbaridad pero creo que en ésto nos vamos a dar el gusto y la gana, así que Angel se baja, coge la cajita, deja sus coronas, coge el cambio y continuamos sin dejar de sorprendernos  por su  honestidad. Dice que había hasta un billete de  100 kr – unos 15 euros al cambio-. Los admiro, como respetan lo de los demás y cuidan como suyo lo de todos, que es lo que es.

Continuamos por esta carretera que ahora, a parte de ser estrecha, tiene mal firme. Prácticamente vamos solos, y menos mal, pero de vez en cuando nos cruzamos con algún turismo, algunas autocaravanas,e incluso un camión pequeño. ¡Madre mía!....y todo sale bien ya que los encuentros tienen lugar en sitios con visibilidad con lo que ellos o nosotros nos podemos apartar para ceder el paso. Me imagino esto en España... y me entra la risa floja.

La carretera se estira dejando a nuestra derecha el fiordo y encontramos un sitio delicioso junto a éste, con mesas, baño y unas preciosas vistas. Dos o tres autocaravanas disfrutan del lugar, pero hemos de seguir hasta Jondal, a tomar el Ferry que nos cruce al otro lado del Hardangerfjorden.

Llegamos a las 14,25. En la línea 1 sólo un turismo y nos colocamos detrás. Compruebo en los horarios de los ferry que he traído que hasta las 15,10h no parte el siguiente, así que decidimos “matar el tiempo” visitando un supermercado y parece que no escarmentamos: no se puede comprar nada. Todo es muy caro. Regresamos con la idea de comer antes de embarcar, aunque sea rápidamente ya que cuando lleguemos al otro lado puede ser muy tarde.

Y casi comiendo nos pillan ya que el ferry llega a las 15,00 horas y desembarcan los cobradores que comienzan con sus funciones. A las 15,10 navegamos hacia el  otro lado del fiordo. Tomar ferries se ha convertido en algo rutinario, como tomar un autobús. Atravesamos el Hardangerfjorden en 20 minutos. Durante el trayecto nos acercamos a la UNICA autocaravana de españoles que hemos visto en los días que llevamos aquí y...decepción, eran unos holandeses afincados  en Pals (Gerona) -bonitos recuerdos estivales de esa preciosa zona española donde han transcurrido parte de los veranos de mis hijos y nuestros- y que han decidido viajar a Noruega después de visitar a la familia en Holanda.

Ruedas en tierra, ponemos  rumbo a  otra cascada, la Steinddalfossen  (60º22’11.44”N;6º06’13,27”E)  a unos 2 km al Oeste de Northeimsumd. Espectacular salto de agua que se ve a distancia desde la carretera. Y pequeño aparcamiento, aunque encontramos sitio. Parece que están haciendo uno de tamaño adecuado. 

Y de nuevo me sobrecoge la fuerza del agua y el sonido ensordecedor que produce, a lo que se suma la peculiaridad de que se pueda pasar detrás de ella. Una curiosa experiencia.

Volvemos ahora sobre nuestros pasos y nos dirigimos hacia Granvin y Voss, donde tenemos un área localizada para pasar la noche aunque no dejamos de pensar en pernoctar en Granvin, como hace 5 años, con nuestros hijos. 

Pero cuando llegamos allí…está cambiada. Han arreglado la parte del muelle, echando gravilla blanca y añadiendo unos columpios, pero tan cambiada que han puesto una señal de “no camping”. Soy capaz de reconocer una casetilla de madera que estaba entonces y junto a la que tenemos fotografías de nuestra....anterior camper. También reconocemos las casas, pero ahora hay más y falta nuestro jubilado alemán,  el que hace 5 años nos regaló unos peces que había pescado en el fiordo y del que aún desconocemos su nombre. Se lo cambiamos por unos buenos trozos de jamón. Se pasaba los veranos aquí, conectado a la luz de una vivienda que le dio permiso y de cuyos dueños se hicieron amigos (no sé en qué idioma se entenderían porque únicamente hablaba alemán). Entonces, mirando al fondo del fiordo, -parte representado en una vidriera en el salón de mi casa-  y cuando estábamos en silencio, Angel dijo que hace 5 años íbamos los cuatro, y que él estaba bien de salud y ahora fastidiado...En fin, que no nos pudimos quedar, y casi que me alegro porque si no posiblemente la melancolía se habría apoderado de mí esta noche y estoy muy “blandita”...

Rumbo a nuestro destino, al merecido descanso porque hoy, no había habido siestecilla o reposo breve después de comer...Nos habíamos castigado.

Y aquí estamos, ahora ya más acompañados por otras autocaravanas en Voss, junto a un lago. Son las 20,20h, muy pronto para lo que estamos acostumbrados y mañana el día será reposado. Solo  llegar a Gudvangen  (a unos 50 km) para tomar el ferry a las 17,00 h aunque deberíamos visitar antes la aldea de Undredal de la que alguien dice que “el tiempo parece que se ha congelado”, aunque no sé si recuerdo haber leído que había que  pasar un túnel algo fastidiado

Y aunque había dado por terminado el día de hoy en cuanto a escribir el relato no puedo por menos que añadir unas líneas más rememorando como empezamos nosotros a viajar hace más de 20 años. Recuerdos que han aparecido cuando hemos visto frente a nosotros  una joven pareja alemana que viaja en una furgoneta y que sentados discretamente en el bordillo se han cocinado la cena que ahora degustan. Qué recuerdos me traen. Que encantadora. Nosotros entonces íbamos con una renault 11 en tienda de campaña, de camping en camping, y cocinábamos la comida donde buenamente podíamos...Deliciosos recuerdos y como han cambiado las cosas....


Resumen

Recorrido: Halandsosen-Crta 13. Sand-Ropeid (92 Kr. Hylsfjorden)-Sauda-Svandalfossen (59º37’30”N;6º17’31.71”E)-Crta. 520-Roldal- E134 (Dyrskar)-Crta. 13 al  Norte-Latefoss-Odda-Agatunet-Utne-Jondal- Steinddalfossen- Northeimsumd-Granvin-Voss
Km totales: Unos 300
Km acumulados: 3.350
Lugares de pernocta:
Frente al area de Odda (60º4’15”N;6º32’49”E)
Voss (aparcamiento junto al lago):60º4’15”N;6º32’49”E. Gratuito de 17 a 9h

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